La directora Laura Citarella, cofundadora de El Pampero Cine y una de las voces más singulares del cine independiente argentino, protagonizó este sábado un acontecimiento tan inesperado como histórico, se convirtió en la primera platense recibida por el papa León XIV. La audiencia tuvo lugar en la imponente Sala Clementina del Palacio Apostólico, donde el Pontífice convocó a más de 160 figuras del séptimo arte para reflexionar sobre la dimensión cultural, humana y espiritual del cine.
Citarella asistió junto a la productora Agustina Llambi Campbell, en el marco de un vínculo ya profundo con la escena cinematográfica italiana. Su película Trenque Lauquen, que recorrió numerosas salas independientes del país europeo, con parte de su rodaje realizado allí mismo, abrió las puertas a una red de programadores que, precisamente, colaboraron en la organización de este encuentro excepcional en el Vaticano.
En su discurso, León XIV definió al cine como un “lenguaje de paz” capaz de “poner en marcha la esperanza”, y advirtió sobre la urgencia de protegerlo en un panorama global donde considera que está amenazado. Reivindicó el valor comunitario de las salas y subrayó que “el buen cine no explota el dolor, lo acompaña”, alentando a los realizadores a mirar de frente las heridas del mundo sin temor ni complacencia.
La presencia de Citarella brilló entre nombres de enorme peso internacional como Cate Blanchett, Spike Lee, Gianni Amelio, Gaspar Noé, Emir Kusturica y Gus Van Sant. Para la directora nacida en La Plata, la audiencia se volvió un nuevo capítulo de una relación artística que desde hace años la enlaza con Italia y que ahora también la abre hacia la Santa Sede.
El Papa cerró la jornada con un gesto cálido y poco protocolar: saludó uno por uno a los asistentes, entre ellos la cineasta platense, cuya obra continúa derribando fronteras y que esta vez la llevó, literalmente, hasta el corazón del Vaticano.
