"Antes que nada, quiero subrayar mi acompañamiento a los familiares y amigos de las víctimas en este doloroso momento.
Viví muchos años en Ciudad de México porque hice un posgrado allí, acababa de tener a Tomás -mi primer hijo- cuando me mudé, y la verdad es una ciudad que me marcó mucho personalmente; siempre destaco lo agradables y solidarios que son los mexicanos con los de afuera. Tengo muchísimos amigos y colegas allí y, por eso, estoy particularmente conmovida con lo que sucedió.
Justamente hace unos días una amiga me contó lo difícil que está la situación allá, con condiciones de vida cada vez más precarias, con violencias urbanas que hacen las vidas cada vez más frágiles. Resulta escalofriante el sólo hecho de pensar que desde 2006 al día de hoy hay más de 30 mil víctimas de desaparición forzada, y que en el 2016 se registraron 36 mil víctimas de homicidios.
No puedo dejar de lamentarme por el destino del pueblo mexicano, que sufre esta tragedia en un contexto de profunda crisis económica, política y social.
En el medio de tanto dolor, ha quedado a la vista la solidaridad y la fuerza de los mexicanos. La inmediata reacción del pueblo en las calles ayudando a los rescatistas da esperanza."
