El Gobierno prevé una serie de aumentos de precios en los servicios públicos y los combustibles. Algunos son por quita de subsidios y otros por el ajuste de tarifas congeladas que debían aplicarse durante el año, pero que se evitó efectivizar para no generar una reacción negativa durante la época electoral. Otros son aumentos programados, pero todos golpean al bolsillo y se aplicarán después del 22 de octubre.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, tiene previsto convocar a una audiencia pública para un nuevo aumento en el precio del gas. Se realizaría a mediados de noviembre (en la semana del 13 al 17). En esa misma fecha se reconocerá otro incremento para transportistas y distribuidoras del producto así como el ajuste por precios mayoristas por el período abril-noviembre. Se estima que con todo esto, el alza total sea de más de 40% en las tarifas al público.
Una resolución de febrero pasado estableció dos aumentos de la luz al año para los hogares en la Ciudad y el conurbano bonaerense. Los casi 5 millones de clientes de Edenor y Edesur recibirán a partir de noviembre el nuevo ajuste de tarifas, mientras que quedará otro pendiente para febrero de 2018.
Aunque aún no está calculado el impacto en las facturas residenciales, está claro que el Gobierno buscará achicar el déficit fiscal lo más posible y los subsidios a la energía eléctrica de los hogares argentinos son un blanco perfecto.
A fines de septiembre el Ministerio de Energía le comunicó a todos los actores del mercado de hidrocarburos que "con relación al Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina", y en función de la dinámica de las cotizaciones externas, decidió liberar el precio de los combustibles, que "estaba previsto para el transcurso de 2017, mediante un sendero de convergencia que permitiera preservar las fuentes de trabajo y los ingresos de las provincias productoras de petróleo".
A partir de ahí, las empresas petroleras quedaron habilitadas para modificar el precio de venta de sus combustibles para el consumo del mercado automotor a partir de octubre. Pero ya trascendió que las petroleras estarían dispuestas a "estirar" una medida tan impopular para evitar mal humor antes de las elecciones. Así, el ajuste llegaría recién en noviembre. El incremento rondaría "entre el 8 y el 10 por ciento".