Al dolor irreparable de la familia Jara se le sumó este miércoles la indignación de saber que el hombre que mató a su hijo Bautista (3), Juan Manuel Sánchez Villar, no cumplirá condena efectiva.
Eso fue lo que determinó el Tribunal Oral en lo Criminal Nº9 al condenar a tres años de prisión en suspenso al acusado, quien el 27 de julio de 2014 embistió el Fiat 147 en el que viajaba el pequeño junto a sus padres, en plena avenida General Paz, a la altura de San Martín, a 115km/h a bordo de su camioneta Kia Sportage y con 1,69 grados de alcohol en sangre.
Lorena, la madre de Bautista, explotó en llanto tras escuchar el fallo de la jueza Ana Dieta de Herrero. Un fallo que no esperaban teniendo en cuenta que pretendían que a Sánchez Villar se lo condenara por homicidio con dolo eventual (una pena de 8 a 25 años de prisión) y no como homicidio culposo (de 3 a 6 años). El fiscal pedía 4 años de cumplimiento efectivo, pero los tres años que recibió le permitirán cumplir su pena en libertad. Eso sí, no podrá conducir por 10 años.
Bautista viajaba en el asiento trasero del auto de sus padres. Iba dormido, arropado con mantas. La familia había salido de su casa de Tigre rumbo a San Justo, con el objetivo de acompañar al hijo mayor, Santiago, a un torneo de taekwondo. Santiago no iba en el auto: viajaba en un colectivo junto a sus compañeros.
Cuando se trasladaban por General Paz, los sorprendió una camioneta a toda velocidad (donde la máxima es de 80km/h). El pequeño salió despedido y quedó tendido cerca del guardarrail de la avenida. Lo trasladaron primero al hospital Thompson y después al Eva Perón. Murió dos horas después. La autopsia reveló que fue por "traumatismos múltiples, fractura de cráneo y policontusión visceral".
Las cámaras que registraron el momento inmediato al accidente demostraron que Sánchez Villar, de 34 años, intentó escapar. Los testigos que declararon en la causa contaron que el acusado "no se podía mantener en pie", que "olía a mucho alcohol" y que "se cayó al piso" cuando descendió de su camioneta. Como si fuera poco, no llevaba los lentes que exigían su licencia de conducir. Después, se negó sistemáticamente a declarar, se aferró al hecho de que Bautista no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Su entorno intentó llegar a un acuerdo extrajudicial con la familia de la víctima: ofrecieron primero dos millones de pesos y llegaron hasta seis millones.
