Macri necesita un Cavallo

Opinión 14/01/2018 . Hora: 08:08
Macri necesita un Cavallo

La inflación 2017 cerró casi al 25%, es decir, 8 puntos por encima de la meta fijada por el Banco Central. Diciembre, además, terminó con un alto 3.1%, y se espera un primer trimestre de 2018 caliente por el aumento del trasporte, el combustible y los vaivenes del dólar.

¿Pero qué tiene que ver Domingo Felipe Cavallo en todo esto? Cuando asumió como Ministro de Economía en 1991, Argentina también tenía un gran problema con los precios. En ese caso mucho peor: se había producido una hiperinflación en 1989 y hubo un rebrote al finalizar el primer año de Menem en 1990.

SHIITAKE SUSHI AND WOK LA PLATA 300 x 300

Hacia fines de 1991, tras la famosa Ley de Convertibilidad, ya casi no quedaban vestigios de la inflación. Los precios se habían estabilizado muy rápidamente. Más allá de las cuestiones técnicas de ese plan, lo que se produjo fue un gran shock de confianza y credibilidad: las expectativas, que son tan importantes en la economía, cambiaron dramáticamente. Los agentes económicos le creyeron al gobierno y la desinflación fue inmediata.

Macri pensó que su victoria en 2015 iba a ser un shock lo suficientemente importante como para que los precios se calmaran y la inversión privada "volara" en el país. La salida del Cepo y el acuerdo con los Fondos Buitres fueron otras dos inyecciones positivas. Pero no alcanzó. Empresarios, trabajadores, políticos y ciudadanos tienen una mentalidad "indexada". Nos acostumbramos a vivir con la inflación y lo tomamos como un dato que no se va a modificar.

MOSQUITO MLP

El gobierno (y el Banco Central) hicieron dos pronósticos imperdonables que lesionaron su credibilidad. Prat Gay anunció una meta de 20-25% de inflación para 2016 (finalmente fue del 40%), y el Banco Central la proyectó en 12-17% para el 2017 (fue 24.8%).

¿Cómo hacer para que los agentes te crean en este 2018? ¿Cómo "proponer" una pauta paritaria "adecuada" cuando ya fallaste dos veces? Menem lo solucionó delegando la responsabilidad en el ambicioso programa de reformas de Cavallo. La idea de "gradualismo" de la gestión actual choca contra esa necesidad de shock de confianza. Como dijo un economista bastante cercano al gobierno hace pocos días, en el gradualismo no sabes si vas para atrás o para adelante.

HIPICO RODA

La literatura económica ha ensayado alternativas entretenidas para poder bajar la inflación gracias a un aumento de la credibilidad. En estos "juegos de política monetaria" hay dos jugadores: el gobierno y el sector privado (sindicatos y empresarios). El gobierno anuncia en enero cuál va a ser la inflación del año, el sector privado negocia y actúa en base a ese anuncio, y luego el gobierno determina la inflación que le conviene.

El problema es que el sector privado sabe que el gobierno tiene incentivos para incumplir su meta. En nuestro caso: Macri quiere bajar la inflación, pero también quiere que la economía crezca, que las tasas de interés bajen, etc. Ese es el primer problema de un gobierno: su anuncio de inflación ya es descreído por todos. ¿Cómo se soluciona?

Una respuesta es que la falta de credibilidad se resuelve con un "delegado": una persona cuya única preocupación genuina sea cumplir con la meta de inflación. Sí, acertaron: el Banco Central. Por eso, es ridículo cuando se toma como algo negativo que Sturzenegger y Dujovne tengan diferencias. Justamente un gobierno es creíble cuando su Banco Central es independiente. Si es independiente, el sector privado puede confiar en él y en la meta de inflación que se fija en enero.

El drama es que Sturzenegger también falló en su meta. Y, por lo tanto, lesionó su credibilidad. Entonces, ¿qué hacer ahora?

Una salida aún más audaz es que este juego ahora tenga una "cláusula de despido" para el "delegado" (el Presidente del Banco Central): si se incumple la meta, el "Sturzenegger" debe renunciar y el gobierno paga un costo de credibilidad. El hecho de que exista un costo por incumplir la meta, hace que el sector privado desconfíe menos del anuncio inicial de inflación. 

Imaginemos un escenario así en Argentina: Macri realiza una cadena nacional donde anuncia cuál va a ser la inflación de 2018. Y además, informa que Sturzenegger y todo el equipo del Ministerio de Hacienda va a renunciar automáticamente si no se cumple. 

Esa sería una buena señal para trabajadores y empresarios. El propio gobierno tendría más credibilidad para sentarse con los gremios estatales. No sería un quiebre de las expectativas "a la Cavallo", ya que no se trata de un plan económico, pero sí podría conseguir un efecto similar en la mente de las personas: la inflación esperada será menor a la pasada. 

TWITCH CADENA COOL
Dejar un Comentario