La Asamblea Legislativa está convocada para las 10 y deberá elegir a los integrantes de las dos comisiones que le darán la bienvenida una hora más tarde al Presidente, junto a los titulares del Senado, la vicepresidenta Gabriela Michetti, y de Diputados, Emilio Monzó. Para la llegada de Macri se abrirán las puertas de la explanada que da a la avenida Entre Ríos, algo que sucede en ocasiones especiales.
A su ingreso Macri firmará el Libro de Honor y hará el "saludo a la Constitución", el ejemplar original de 1853 que está en el Salón Azul del Senado. Ayer por la tarde ya estaban colocados los vallados engalanados con los colores de la Bandera, para que Macri camine por la alfombra roja desde el Salón Azul, atraviese Pasos Perdidos e ingrese al recinto de Diputados, donde tendrá lugar la Asamblea.
Aunque la Casa Rosada apunta a un discurso no confrontativo con la oposición, el peronismo dialoguista metió presión en la previa y reclamó un mensaje de "cambio en el rumbo económico" por parte del Presidente. Fue luego de una reunión ayer de diputados del interbloque Argentina Federal, el peronismo no K que responde a los gobernadores. "La realidad indica que muchos compatriotas la están pasando mal porque la inflación no cede ni se crean puestos de trabajo. Las economías regionales están en crisis por la falta de competitividad, el aumento de tarifas, de costos internos y la apertura de importaciones", advirtió Pablo Kosiner, jefe del interbloque y del bloque Justicialista. "Es un país que no arranca", completó el tucumano Pablo Yedlin.
Este pronunciamiento de la bancada de 33 diputados a la que justamente apela el Gobierno para negociar, anticipa que la pasada de Macri tendrá repercusiones críticas en la oposición del Congreso.
Se espera que el discurso se extienda módicos 40 minutos -como el año pasado- con lo cual a mediodía la ceremonia habrá concluido. Además del mensaje sobre la despenalización del aborto, haría referencias a la situación de la economía (con números favorables buscando renovar expectativas), a proyectos de Justicia y seguridad, a la puja con sectores sindicales y a la educación, acaso con alguna alusión a los paros gremiales en este comienzo del año lectivo.
Luego de los estados alterados de fines del año pasado con el costo político que pagó el oficialismo para sancionar la reforma previsional, este 2018 está planteado desde la Casa Rosada como un año parlamentario en que no deberá haber más "proyectos de vida o muerte". El debate sobre el aborto libre que propicia el Gobierno será en este sentido funcional a la estrategia de "darle vida propia" al Parlamento sin implicar a la Casa Rosada ni replicar negociaciones que consideraron desgastantes con los gobernadores -para obtener los votos de sus legisladores.
Habrá estrictos controles para el ingreso al Congreso. Como es habitual, en el recinto estarán los gobernadores, ministros, jefes de las Fuerzas Armadas y miembros de la Corte Suprema. Aunque se destacó que hay "buen clima" desde el oficialismo se buscó garantizar con los jefes de bloques de la oposición que no haya "barras". Es que los legisladores pueden hacer ingresar a sus asesores.
Están invitados también los ex presidentes. Estaría Eduardo Duhalde, aunque hasta anoche no había ninguno confirmado. La hoy senadora Cristina Kirchner que ya se negó al traspaso de mando presidencial, volverá a estar ausente para no escucharlo a Macri. Viajó a Santa Cruz para estar el 25 de febrero en la fecha en que hubiera años Néstor Kirchner, y no regresó.