Después de 18 años, monseñor Héctor Rubén Aguer dejó el Arzobispado platense. Hoy formalizó su renuncia ante el Vaticano, cumpliendo así con la normativa eclesiástica que pone un límite de edad para pasar a retiro.
De acuerdo con el Código de Derecho Canónico que rige a la Iglesia Católica, a los 75 años los sacerdotes y obispos deben presentar su dimisión ante sus superiores inmediatos, quienes deciden si deben continuar en los cargos o si se las aceptan.
Aguer se convirtió en arzobispo de la Arquidiócesis de La Plata el 12 de junio de 2000, por sucesión, en reemplazo de Carlos Galán -6º arzobispo y 8º obispo de la diócesis platense-, que por haber llegado también al límite de edad presentó su renuncia.
Antes de llegar a La Plata fue obispo auxiliar de Buenos Aires: lo designó el 26 de febrero de 1992, Juan Pablo II. Recibió la ordenación episcopal en la Catedral de Buenos Aires el 4 de abril de 1992, por el entonces cardenal primado Antonio Quarracino.
Durante el debate en el Congreso por la despenalización del aborto, monseñor Aguer fue una de las voces más fuertes para reflejar de la posición contraria de la Iglesia.
Durante su carrera, el arzobispo también cuestionó el matrimonio igualitario, el uso del preservativo, la educación sexual en las escuelas y los avances en los derechos de gays y lesbianas.