La Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA) fiscalizó 900 carnicerías de La Plata, el área metropolitana y el interior de la provincia. Más de un tercio de los establecimientos terminaron con clausuras provisorias por irregularidades. El organismo clausuró 303 carnicerías en la provincia luego de constatar que no estaban inscritas en el impuesto sobre los Ingresos Brutos o que, estando registradas, no facturaban sus ventas.
La mayor cantidad de cierres temporarios abarcó locales ubicados en La Plata (54), La Matanza (39), Quilmes (39), Lanús (20), Moreno (18), Florencio Varela (17) y Morón (16).
La suspensión provisoria de las actividades comerciales se extiende hasta que los establecimientos infractores regularicen su situación fiscal. Además, ARBA fija una multa, cuyo valor depende de la falta cometida. En forma complementaria, aplica una multa cuyo valor depende de la falta cometida.
El director de la agencia, Gastón Fossati, afirmó que se buscó "profundizar las medidas que venimos implementando desde el año pasado para regularizar los distintos eslabones de la cadena de producción y comercialización de carne".
Y agregó: "En este caso, los controles se enfocaron sobre el comercio minorista con el objetivo de detectar situaciones de informalidad y exigir a los responsables de las carnicerías en infracción que cumplan con sus obligaciones fiscales, tal como lo hace el resto de los contribuyentes".
Los controles forman parte de una estretegia conjunta con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
La AFIP puso especial foco en las cadenas de producción cárnica. Comenzó con la cadena vacuna y aumentó controles sobre productores y frigoríficos.
A nivel nacional, las ventas declaradas crecieron 82% entre febrero de 2017 y marzo de 2018, según datos oficiales. La recaudación de IVA en el sector creció 131 por ciento.
Entre otras herramientas de control, fue creado un registro de operadores de la cadena de producción y comercialización de haciendas; se incorporaron pagos a cuenta de IVA e Ingresos Brutos como condición previa para la faena; se generalizó el régimen de percepción de Ingresos Brutos que se aplica para la comercialización de carnes rojas; y se fortaleció el cruce de datos electrónicos entre los distintos organismos que intervienen en el proceso de fiscalización.
