Trabajadores del Astillero Río Santiago mantuvieron encerrados ayer por unas nueve horas en sus oficinas al presidente, autoridades y empleados de la empresa naval de Ensenada, al ocupar el edificio de dirección para reclamar por la reactivación de la planta y contra los descuentos salariales que aplicó el gobierno bonaerense.
Fue una jornada de tensión que terminó entrada la noche, luego de que la fiscal de turno, María Eugenia Di Lorenzo, ingresara a la planta en el marco de una denuncia por supuesta "privación ilegal de la libertad". Todo terminó cuando las autoridades accedieron a firmar un acta de compromiso para la compra de insumos, que venían pidiendo los trabajadores.
Desde el gobierno de la Provincia denunciaron que con la ocupación del edificio los trabajadores mantuvieron "como rehenes" al presidente de la firma, Daniel Capdevila, a unos 15 directivos, algunos con custodia, y a un grupo de trabajadores del área administrativa de la empresa. La toma fue seguida con angustia por los familiares de los directivos y los trabajadores que en algunos casos habían ingresado a la planta a las seis de la madrugada y no pudieron salir hasta entrada la noche.
La tensa ocupación del edificio de la Dirección de ayer sumó un capítulo en la pelea que viene manteniendo el gremio de trabajadores y el gobierno de María Eugenia Vidal. Desde ATE Ensenada denuncian que Cambiemos busca el vaciamiento de la empresa al no activar contratos y compra de insumos que permitirían reactivar la planta. Además, acusan a la Provincia de haber comprado en el exterior lanchas y embarcaciones que podrían haberse fabricado en la planta.
Daniel Capdevila, designado por Vidal a principios de año al frente de la empresa, respondió con una denuncia penal contra ATE Ensenada por presuntas maniobras irregulares de manejo de fondos en la empresa.
