Muchos niños aman, desde pequeños, los dinosaurios. Si sos de los papás que vive esta realidad y quizá no te motive mucho: pero tenemos una buena noticia.
Según un estudio de la Universidad de Indiana y de la Universidad de Wisconsin, este dominio conceptual (gusto por un tema específico) puede tener una serie de beneficios: mayor conocimiento, persistencia, atención y un procesamiento más profundo.
Según los expertos, en una edad temprana, los dinosaurios estimulan la recopilación de datos, los niños desarrollan habilidades y el deseo de saber más a través de libros, medios digitales, cintas de video y modelos de juguetes que apoyen ese aprendizaje, lo que también se traduce en un mejor dominio del lenguaje.
Además, de acuerdo al mismo estudio, esta obsesión por los dinosaurios va desapareciendo cuando el pequeño descubre que sus amiguitos no les llama la atención hablar del tema.