Dardo Rocha, fundador y diseñador de La Plata, fue Gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1881 y 1884. Al finalizar ese mandato, Rocha tenía aspiraciones más altas, pretendía ser Presidente de la Nación Argentina.
Pero eso no fue posible. Pues en la fiesta de fundación de La Plata hubo algunos invitados que no la pasaron bien. Se rumorea que, enojados por la fallida fiesta, concurrieron a la localidad vecina de Tolosa para contratar a una Bruja que le haga un maleficio a Dardo Rocha. La "Tolosana" (así le decían) realizó un ritual en la piedra fundacional, que se dice que implicó beber vino robado, dar vueltas a la piedra en sentido contrario de las agujas del reloj y, finalmente, orinar en la piedra (en mi opinión ese último paso fue meramente provocado por el vino).
Este rito impidió la llegada del fundador de La Plata al sillón de Rivadavia. Pero la historia no termina ahí, porque esta maldición ha traspasado el nombre de Rocha y se ha extendido a todos los gobernadores bonaerenses.
LA MALDICIÓN DEL GOBERNADOR
El último Gobernador de la Provincia de Buenos Aires que luego fue electo Presidente, fue Bartolomé Mitre, un par de años antes de que ocurriera la maldición. El hecho curioso es que Mitre lo volvió a intentar, años después de realizada la maldición, y en esa ocasión no lo logró.
Desde entonces, hemos visto pasear grandes cantidades de gobernadores bonaerenses con aspiraciones a la máxima magistratura. Pero ninguno lo logró.
La lista completa contiene a: Marcelino Ugarte, Guillermo Udaondo, Bartolomé Mitre, Bernardo de Irigoyen, José Camilo Crotto, Manuel Fresco, Rodolfo Moreno, Domingo Mercante, Antonio Cafiero, Oscar Alende, Eduardo Duhalde y Daniel Scioli. Si, más de una decena lo intentó y ninguno pudo.
LA VERDAD DETRÁS DE LA MALDICIÓN
Se podría decir que Dardo Rocha no fue presidente por culpa de una bruja. Pero en un sentido más real, podríamos afirmar que a Julio Argentino Roca (presidente de ese entonces) no le simpatizaban las aspiraciones del fundador de La Plata. Si, podemos decir que fue culpa de un maleficio, pero nos estaríamos olvidando de que Roca ninguneó a Rocha, y apadrinó a su cuñado Miguel Ángel Juárez Celman hacía la presidencia, obligando así al primer rector de la UNLP a desistir de su candidatura.
Bartolomé Mitre es, tal vez, la prueba más efectiva de la veracidad de esta maldición. Ya que fue presidente una vez, pero luego del rito lo volvió a intentar y no lo consiguió. Aunque también podría haber sido por el hecho de que su partido político se disolvió poco tiempo antes de las elecciones.
Podríamos elegir creer que Domingo Mercante fue víctima de un hechizo, o aceptar que Juan Domingo Perón lo anuló, al ver en él un rival amenazante. O que Rodolfo Moreno, claro candidato a la presidencia, perdió sus esperanzas con el golpe de estado (uno de los tantos de la época) de 1943.
Podríamos pensar que, más de un siglo después, Eduardo Duhalde sufrió un embrujo, o recordar que la razón por la que ganó De La Rúa fue el desgaste que tuvo el peronismo luego del gobierno de Menem. En Duhalde me detengo un momento, para destacar que en 1999 contrató a un parapsicólogo para deshacer el hechizo de la bruja de Tolosa, ¡y en 2002 fue presidente! (pero no elegido por el pueblo). Acá debemos decidir si esto fue debido a la magia, o resultado de uno de los períodos más caóticos de la política argentina.
Ya sabemos que lo seres humanos tendemos a atribuirles explicaciones sobrenaturales a las frustraciones más mundanas. Entonces, ¿se trata de la maldición de una bruja borracha? ¿O de una radiografía de la política de nuestro país?