La pericia realizada sobre la camioneta en la que circulaba el futbolista de Estudiantes de La Plata Fernando Tobio determinó que, una cuadra y media antes de impactar al remis en el que viajaba la abuela Licciardello, la velocidad superaba los 100 kilómetros por hora, casi el triple de lo permitido por calles internas, que es 40.
Fuentes judiciales confirmaron que la camioneta Land Rover manejada por el defensor segundos previos al choque, circulaba por la calle Bolívar, entre Felipe Arana y Virrey Cisneros con dirección a Malabia, a una velocidad de 108 kilómetros por hora, siempre en base a una filmación captada por una cámara de seguridad, según informó Primer Plano.
Los especialistas, de todos modos, consignaron en su informe que la precisión puede tener más o menos cinco puntos de diferencia con la exactitud que puede arrojar, por caso, la computadora interna del rodado, que es otro elemento aún pendiente por revisar.
Asimismo, la pericia estableció que, a una distancia referenciada de 25,6 metros previos y hasta el momento del impacto, la velocidad media de circulación de la camioneta conducida por Tobio era de 81 kilómetros por hora.
Por último, en base a un domo instalado sobre la calle Malabia al 500, en los últimos 7 metros de recorrido hasta el choque disminuyó a 57 km.. Eso no evitó, por cierto, la colisión y el desastre vial que terminó con la vida de la abuela.
Con estos resultados, la familia de Licciardello pedirá, a través de su abogado Gastón Alonso Dublo, el cambio de cáratula, que por el momento es homicidio culposo. Buscan que la fiscal Alejandra Núñez incorpore los agravantes de manejar alcoholizado, con más de 30 kilómetros en exceso de la velocidad permitida y hasta intentarán ir por la figura del dolo eventual.
"Está claro que manejaba borracho, con 1,3 gramos de alcohol en sangre, y con exceso de velocidad. Hay cosas que están confirmadas y esto lo que hace es poner un poco más de luz”, reflexionó Ana Eusebio, la hija de la víctima fatal del hecho.
Tobio chocó al Toyota Corolla en el que viajaba Licciardello con sus hijas Ana y Nora, con las que se había juntado a comer después de varios meses por la pandemia. El siniestro vial ocurrió en la intersección de Bolívar y Malabia, en Ramos Mejía, y terminó con la muerte de la abuela de 83 años en la clínica Los Cedros, a donde fue derivada. El deceso se produjo por las lesiones internas que padeció.
"Esperamos que cambie la carátula, porque Tobio sigue jugando en Estudiantes de La Plata como si nada y yo a mi mamá le tengo que llevar flores al cementerio. A nosotros nos arruinó la vida y él solamente estuvo parado unos días”, completó Eusebio.
