Andhy es la creadora de Enkanta2. Un emprendimiento familiar hecho a pulmón, corazón y mucho trabajo. Horas y horas de empeño, dedicación y amor por lo que hacen.
Hacen, porque toda su familia participa. Son seis, y entre todos sacaron adelante una situación que se había tornado irreversible.
¿Qué harías si te quedaran solo 1500 pesos en el bolsillo para vivir y tener que alimentar a cuatro criaturas? Lo que sea con tal de que no falte un plato de comida, ¿no? Bueno, Andhy se la jugó y hoy, sin depender de ninguna ayuda, logró escaparle a la crisis y generar una fuente de ingreso genuina y altamente recomendable.
“Todo surgió durante la pandemia, mi esposo es enfermero del Hospital de Niños, yo me dedicaba a realizar candy bar y cotillón personalizado para cumpleaños infantiles (soy organizadora de evento y diseñadora gráfica). Con la pandemia todos mis eventos estaban suspendidos y mi esposo sin sueldo ya que todo se lo llevaba la tarjeta a raíz de los gastos. Imaginate, somos papás de 4, alquilamos y uno de nuestros ingresos (el mío) se desplomó de la noche a la mañana”, le dijo inicialmente a LAPLATA1.com.
“Un día teníamos solo $1500. Con eso teníamos que comer y no nos quedaba nada, así que hice bolitas de fraile, y mi hijo de 15 años me dijo que dejara para que merendemos y lo demás lo vendíamos en el barrio. Lo hicimos, y ese día comimos y tuvimos el capital inicial otra vez, al otro día lo reinvertimos pero hicimos bizcochitos simples y los vendimos. Al día siguiente se me ocurrió hacer pero con jamón y queso, los vendimos todos y así fueron pasando las semanas. Esto fue en septiembre del 2020, vendíamos en los semáforos, en 72 y 13 y después en 13 y 80, todos los días. Así llegamos a cancelar en diciembre todas las deudas, es decir que navidad lo pasamos sin un peso pero con la tranquilidad de que no debíamos ni alquiler, ni luz, ni gas, ni nada; felices los 6 porque fue un trabajo en familia”, agregó.
Y completó: “los chicos vendían y nos contaban que la gente decía que les encantaban nuestros productos. Entonces, decidimos ponerle el nombre Enkanta2. Fueron meses de muchísimo trabajo, casi sin dormir. Mi esposo en el hospital salía de trabajar y llegaba a casa a hornear, yo amasaba desde las 6, y los chicos vendían, les pagábamos por sus ventas y todo empezó a prosperar en casa. Así empezó nuestro sueño familiar”.
Por último, destacó que “tenemos el sueño de hacer grande a Enkanta2, el sueño de que los bizcochitos platenses sean patrimonio de la ciudad porque sin la ayuda de la gente no hubiésemos llegado a nada, este negocio fue creciendo gracias a su gente. Hoy pudimos arreglar nuestra camioneta y con mi esposo salimos todos los días a hacer repartos a domicilio”.
Quien quiera contactarlos debe comunicarse al 11 6858 0469 o ingresando a su cuenta de Facebook Enkanta2.