En las últimas horas, la justicia de Francia imputó a Loik Le Priol, de 27 años, por la muerte del exrugbier argentino Federico Martín Aramburú, quien fue asesinado a la salida de un bar de París, el pasado 19 de marzo.
Uno de los testimonios clave para identificar y más tarde detener e imputar a Le Priol fue el de un vecino del lugar, llamado Claude, que contó con lujo de detalles cómo fue el enfrentamiento que terminó con la vida del exjugador de rugby.
En una entrevista que concedió al diario L’Équipe, Claude señaló que desde su ventana pudo ver todo la secuencia y relató que pese a que fue testigo de diferentes peleas en la noche francesa, nunca vio algo tan violento.
“Esa mañana estaba durmiendo. A pesar de que en las ventanas de mi departamento tengo un doble cristal, me despertaron los fuertes gritos y los insultos. Mi primer instinto fue ir a ver. Eran cerca de las 6. Las 5.55 exactamente, algo que fue corroborado por las imágenes de videovigilancia. El clímax de la pelea es complicado de describir, pero oigo a un hombre -que ahora identifico como Loik Le Priol, procesado como autor del crimen- gritar, pero gritar de verdad (insiste), proferir insultos y siempre en dirección a una misma persona, que no supe, en ese momento, quién era. A pesar de la hora, hay mucha gente en las ventanas, lo que atestigua la violencia de la escena. Es tan violenta, tan decidida, y veo que el hombre que está en el suelo no reacciona tanto. Por una fracción de segundo pienso que debe haber metido la pata y ‘aceptado’ recibir una paliza”, comienza.
El relato siguió: “Esta escena duró solo unos segundos. Martín Aramburú cayó al suelo en muy poco tiempo. La intervención de los chicos del bar de abajo fue inmediata. He visto peleas antes, pero esta es surrealista por la determinación de uno de las personas. Se puede identificar al personal del restaurante porque llevan su uniforme. Fueron súpereficientes y lograron separar a todos. Es entonces cuando me doy cuenta de que son dos contra dos (los sospechosos Le Priol y Romain Bouvier contra los exjugadores de rugby Federico Martín Aramburu y su amigo Shaun Hegarty)”.
A Claude le llamó la atención la agresividad con la que Le Priol manejó la situación y lo detalla: “Percibí la determinación de Le Priol, aunque en ese momento no sabía quién era. Intenta volver, sigue insultando. Pero se lo impide alguien que no he identificado. Estoy seguro de que si hubiera podido volver, habría vuelto. Y creo que si hubiera podido matarlo a puñetazos, lo habría matado a puñetazos. Gritaba: ‘¡Tu puta madre!’ Lo que me pareció una locura fue el contraste entre las actitudes. Veía a Martín Aramburu en el suelo. Ni siquiera intentaba pararse y devolver los golpes. Es muy subjetivo pero ahora que conozco el perfil de los protagonistas, creo que fueron por Martín Aramburú porque Hegarty les daba mucho miedo. ¡Es un armario! Shaun tenía un ojo negro. Federico tenía la cara muy hinchada. Nadie habla de esta pelea, fue corta pero muy violenta”.
“En un momento dado, los dos agresores son empujados hacia la calle. ¡Allí, recuerdo haber visto a un tipo reteniendo a Le Priol, que intentó sacar algo de su bolsillo varias veces! Desde mi ventana, quería gritar, pero no lo hice. Me dije a mí mismo ‘pensarán que estoy loco’. Me dije: ‘En el peor de los casos, es un cuchillo’. He visto peleas, pero esto es raro, es la primera vez que tengo la sensación de que puede ir a más, el presunto agresor parecía muy decidido. Nadie parecía ser capaz de calmarlo. Me quedó claro que Martín Aramburú no quería luchar. Si lo que informan los medios es cierto, acababan de defender a alguien que presumiblemente fue insultado”. indica.
Después de eso Claude indicó que la cosas se calman por un instante y que él volvió a la cama. Todavía intranquilo por lo que había visto se queda pensando y hasta que de repente escuchó los disparos.
“Cerré la ventana cuando termina la pelea, parece que todos se van a casa. Los camareros están ordenando el bar. No puedo decirte dónde van Le Priol, Bouvier y la chica, pero el Jeep está allí. Me vuelvo a meter en la cama. Miro mi teléfono. Cierro los ojos, no me da tiempo a hacerlo cuando se escuchan seis disparos. Todo se descompone en tres segundos en mi cabeza: ¡son disparos, eso es probablemente lo que tenía en el bolsillo! Me digo: ‘Te vas a levantar a contar lo que has visto y a compensar el error que cometiste al no gritar en la ventana’. Vuelvo a la ventana, no veo a nadie en el lugar de la pelea, veo a dos o tres tipos huyendo en medio del bulevar, hacia la zona de donde venían los disparos”.
Acto seguido, decide bajar para tratar de ayudar y de asistir a Aramburu que estaba inerte en el piso: “Me encuentro con dos o tres personas en el cruce de Buci-Saint-Germain. Les pregunto si los disparos están relacionados con la pelea del bar y uno de ellos me responde, muy tranquilo: ‘¡Le han disparado!’ Cuando llegué, ya estaba la ambulancia. Se veía que intentaban reanimar a alguien. Lo veo a Martín Aramburú. También veo a Hegarty (excompañero de Aramburo con el que había salido a comer) sentado, desplomado contra una pared, rodeado de varias personas, con la mirada completamente perdida. Es como una escena de una película, pero no es una película. Estoy aturdido, no siento mucho, no lloro. Hay policías por todas partes, los médicos de la ambulancia están haciendo todo lo posible para reanimar a Martín Aramburú”.
Según indica el diario, Claude permaneció en el lugar hasta el mediodia y colaboró con las fuerzas de seguridad para describir cómo era el agresor.
“Shaun seguía callado. Fumamos juntos un cigarrillo. Escucho muchas veces un nombre: ‘María, María’. Pronto me di cuenta de que se trataba de la mujer de Martín Aramburú. Supe que era un famoso jugador de rugby recién al mediodía”, finaliza.