La historia del bar de 1 y 44 de "mala muerte" que terminó en una tragedia hace más de 50 años: canibalismo y rencor familiar

Sociedad 27/04/2022 . Hora: 10:36
La historia del bar de 1 y 44 de ”mala muerte” que terminó en una tragedia hace más de 50 años: canibalismo y rencor familiar
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

El recuerdo de un bar ubicado en la zona de 1 y 44 todavía sigue generando escozor en las generaciones más grandes.

Todo se remonta al año 1963. El lugar se llamaba “El Partenón” y a su dueño (Juan Harjalich) lo apodaban “El Griego”. Había llegado a nuestra ciudad justamente desde ese país europeo y había participado de la Segunda Guerra Mundial. Aparentemente escapaba de los comunistas que lo acusaban de traidor.

DENGUE PBA

Los historiadores y las crónicas de esa época hablan de un bar de “mala muerte” que albergaba a viajeros que llegaban a La Plata por trabajo o estudio. 

“El Griego” no era especialmente un hombre carismático. Se decía que era una persona fría, distante y hasta con rasgos violentos.

MOSQUITO MLP

Pero sus empanadas eran furor por aquellas épocas. Los comensales hablaban de un “sabor dulce muy especial”. Poco tiempo después se destapó la peor noticia: Juan Harjalich le comentó a un amigo que tenía los trozos del cuerpo de su cuñado. Desde allí quedó un mito: que las empanadas de carne comprendían partes humanas.

TEST VIAJES

El amigo de “El Griego” lo denunció ante la Policía. El sujeto aseguraba que su familiar se había quitado la vida. Negaba la hipótesis de un asesinato.

Un pie, tibia, peroné, maxilares izquierdos, parte del cráneo y omóplatos eran los elementos que formaban parte del “trofeo” que exhibía Harjalich.

La persona fallecida era Andrés Suculea, con quien El Griego mantenía una muy mala relación. Aparentemente Andrés no era muy apegado al trabajo y eso irritaba a un hombre que había atravesado cosas muy duras en Europa.

El caso llegó a la primera plana nacional por sus detalles impactantes. La Nación fue uno de los medios que más trascendencia le dio a esta noticia, y algunos de esos detalles fueron recogidos por el periodista Nicolás Maldonado en su libro sobre canibalismo.

La Policía luego pudo comprobar que descuartizó en la cama el cadáver, separando con cuchillas los huesos de los tejidos blandos. Al mediodía y para para no levantar sospechas, acudió a almorzar a la vivienda de unos amigos donde se encontraban de visita su esposa y la sobrina. Luego volvió a la casa de avenida 1 (a pocos metros del bar), cargó los músculos y la piel en su auto, y los arrojó en el río, al final de la avenida 66. En cuanto a los huesos, luego de llevarlos en valijas a la casa de Giorgia, los esparció en los terrenos pantanosos alrededor de la destilería.

La leyenda dice que también se comió algunas de esas partes. Pero tampoco el canibalismo pudo comprobarse a ciencia cierta.

Finalmente El Griego quedó detenido en Olmos. El hallazgo de un revólver calibre 38 en su casa fue la clave: el sujeto dijo desconocer de dónde provenía, pero el vendedor lo identificó. 

El bar, increíblemente, siguió abierto con el mismo nombre algún tiempo más. Quedó la duda de si esas empanadas que tanto gustaban tenían algo que ver con la faceta macabra de Harjalich.

¿El Griego era efectivamente un asesino? El cuaderno de Andrés deja abierta la posibilidad de las dos hipótesis. En un fragmento señala: “Mi cuñado, el miserable inmundo, pretende hacer de las suyas“. Pero dos días antes de su muerte había puesto en ese cuaderno: “Cuando pienso que estuvo la felicidad en mis manos, me dan ganas de morir”.

TWITCH CADENA COOL
Dejar un Comentario