Ya se oficializaron las comisiones en la Cámara de Diputados bonaerense y uno de los proyectos más importantes tiene que ver con dar marcha atrás a la reforma del BAPRO impulsada por Vidal en el 2017.
Kicillof envió el proyecto en el segundo tramo del 2021 pero todavía naufraga. Las comisiones “freezadas” fueron un buen pretexto para que Juntos por el Cambio no quiera dar su aval.
Según pudo reconstruir LAPLATA1.com, sectores del radicalismo ya no quieren saber más nada con este tema: creen que la reforma de Vidal fue un error y que vulnera derechos adquiridos. La ola de amparos y medidas cautelares es una señal de la falta de consenso con el que avanzó esta iniciativa en diciembre del 2017.
Desde la UCR entienden que, de manera inminente, la Corte Suprema establecerá que la ley vidalista es inconstitucional. No quieren llegar a ese punto. “Sería un papelón”, reconocen. De esta manera, estarían abiertos a trabajar sobre el proyecto de Kicillof para avanzar en su sanción. A pesar de esta buena voluntad, reconocen también la importancia de que se pueda discutir en comisiones.
La sospecha es que existe un “mandato” de Vidal y Macri para no allanar ninguna solución al pedido emitido de la propia Justicia. Diputados vidalistas, por lo tanto, trabarían cualquier vía de solución. Una puja interna en Juntos al rojo vivo.
