Nicolás y Natalia son de La Plata y se la jugaron después de un 2020 muy complejo.
Ambos se quedaron sin trabajo de forma simultánea y no disponían de otros ingresos. “Teníamos miedo”, reconoce a LAPLATA1.com Nicolás.
“Mi mujer y yo trabajamos dos años en una concesión en un country por Ruta 2. Era el restaurante del lugar. En la pandemia nos dejaron sin trabajo y no nos pagaban la mitad del sueldo. Solo recibíamos lo que nos daba el Estado por el ATP. Creo que eran 15 mil pesos”, recuerda.
Él era el encargado del restaurante y su mujer era camarera. Fueron momentos muy difíciles: “Tuvimos que hablar con un abogado para regularizar los pagos porque teníamos que afrontar un alquiler y se nos complicaba mucho. No podíamos solventar los gastos”.
Cuando el restaurante reabrió nadie les avisó. Se enteraron por el comentario de un cocinero. El pleito se judicializó.
“Nos echaron de un día para el otro. Tenemos dos hijos y nos habíamos quedado sin nada monetario para vivir”, insiste Nicolás.
¿Y ahora qué hacer? El suegro de Nicolás fue determinante. Los ayudó a comprar una máquina sobadora para pastas. Y practicaron.
“Empezamos a prueba y error. Probamos diferentes recetas con la familia y finalmente hubo consenso sobre una receta que gustó mucho”, señala.
Avanzaron con los sorrentinos pero con una difusión algo “arcaica”. Tiraban volantes por las casas y pegaban afiches en los postes.
Luego comprendieron que lo más eficaz era vender por las redes sociales pero era un mundo que no conocían.
“¿Quién nos va a comprar por internet?”, se preguntaban en aquel momento. Pusieron plata para publicitar en las redes y los seguidores crecieron.
“Llevábamos pastas a u muchos restaurantes y tenemos almacenes que también nos compran. Tratamos de mantener los precios de manera accesible”, agrega Nicolás, y ahora tienen local propio.
“Una amiga nos ayuda. Nos quedamos todo el día trabajando. Arrancamos con poco y hoy va viento en popa. La gente nos agradece por la calidad de la mercadería y los precios”, señala.
Y completa con una interesante reflexión: “El miedo era latente. Creíamos que era imposible. Nos sorprendió la repercusión que tuvo. Tuvimos mucho miedo porque era empezar de cero. No teníamos un sustento. Era eso o nada. Nos atrasamos con el pago de todo. Nos jugamos el 100% por este proyecto. Pero el esfuerzo dio sus frutos. Hay que arriesgarse para que salgan bien las cosas”.
