Trabajadores de La Bancaria alertaron que la reforma del BAPRO se encuentra en una “zona de turbulencia”.
Cabe recordar que dicha reforma ya pasó por las cuatro comisiones correspondientes y su tratamiento en el recinto se demora: la fecha tentativa iba a ser este jueves pero el Frente de Todos todavía no contaría con los votos para lograr el quórum.
“La turbulencia es originada a partir de las declaraciones y acciones de dirigentes del PRO que defienden la ley de Vidal a rajatabla, nacionalizando de esta forma una cuestión que atañe e involucra a la Provincia”, indicaron las seccionales bonaerenses del gremio en un comunicado.
En ese sentido, hablaron de que la ley de Vidal es un “mamotreto jurídico” y recordaron que hay 4.000 cautelares que le dieron la razón a los demandantes.
“La Corte Suprema Provincia ya no tiene mucho tiempo para esperar que la política dé la respuesta integral que pretendemos, y relanza la campaña cuyo objetivo de arrasar con todo el sistema previsional provincial y nacional. En suma, se preparan para dar continuidad a la agenda que Macri y Vidal no pudieron concluir, poniéndole un cepo a los socios electorales de la UCR y la CC, en un principio dispuestos a dialogar y corregir lo que está al margen de la construcción y la razonabilidad previsional”, subrayaron.
Y agregaron que “quienes votan contra de su modificación, están en contra de lo que masivamente han interpretado los jueces, lo que opinó el Procurador de la Provincia (designado en su momento por Vidal) en un dictamen ya agregado a la causa iniciada por la Asociación Bancaria por su inconstitucionalidad”.
En ese marco, afirmaron que estos legisladores “están transitando la cornisa del estado de derecho”.
Desde el Frente de Todos, según pudo saber LAPLATA1.com, creían que la influencia que tiene La Bancaria en el interior de la Provincia (donde gobiernan muchos intendentes radicales) podría generar una grieta entre la UCR y el PRO.
Sin embargo, un diputado radical le dijo a este medio que, en principio, votarían de forma negativa tal como sucedió en los últimos dictámenes de comisión donde sellaron su rechazo junto a los “amarillos”. Pero nadie puede poner las manos en el fuego.
