Un terrible robo tuvo lugar en Barrio Norte. Sucedió en 33 entre 8 y 9.
Las víctimas estaban durmiendo y los ladrones ingresaron con sumo sigilio. De hecho, se despertaron por la golpiza que les propinó uno de ellos al borde la cama.
Allí comenzaría una verdadera pesadilla. Le dieron dos culetazos al hombre: uno de ellos le rompió el labio y el otro le provocó un corte en el pómulo.
Los ladrones exigían una suma de dinero en dólares. La víctima cree que los sujetos se confundieron de lugar. La familia solo tenía pesos. Esta situación puso más nerviosos a los sujetos. Creían que estaba mintiendo.
A su vez, el dueño dijo que los delincuentes “tenían experiencia“ y que aparentemente mantenían también una comunicación con un tercer hombre que estaría en el exterior de la vivienda.
Otra situación insólita: los ladrones llegaron a la habitación del nene de la familia y lograron convencer al pequeño de que no eran delincuentes.
“Me comentaron que el nene se despertó y ellos le explicaron que eran mis amigos, y le pidieron que continuara durmiendo. El nene confió en ellos y terminó haciendo lo que pidieron”, dijo el hombre.
“Somos profesionales y te pegamos para que entendieras a lo que veníamos. Jamás le hubiésemos hecho nada a tu nene”, dijo uno de los ladrones, según recordó la víctima de este eterno asalto.
