La concejala de Juntos, Romina Marascio, está pasando un momento de mucha soledad en el Concejo Deliberante de La Plata. Uno de los grandes motivos es que, nadie le perdona la traición a su mentor, Darío Alfano.
En la oposición nunca "se la fumaron" por haber entrado en representación de un sindicato -más allá del bloque- y burlarse en más de una oportunidad de las y los trabajadores. Siempre se mostró distante y poco amigable con el otro bloque. Se sumó a todas las operaciones macristas a nivel nacional, siendo la voz cantante en el recinto de estas acciones.
Pero esto no es todo. Lo más grave fue cuando traicionó al sindicalista de municipales, Darío Alfano, quien la eligió para que ocupe ese lugar. Desde ahí todo fue más difícil para la concejala. El garrismo más puro se distanció de ella y no la sienten ni si quiera como propia.
Su destino ya está hechado. Un año más y pasará sin pena ni gloria.
Romina Marascio, "más sola que loca mala".
