La llegada de Abel Balbo a Estudiantes ya no es un secreto, a partir de la oficialización de su salida de Central Córdoba de Santiago del Estero. Como es sabido, al exjugador de la Selección Argentina, entre otros, lo acompaña el reconocido entrenador de básquetbol, Julio Lamas, quien vivió un episodio muy particular con un emblema albirrojo como es Carlos Salvador Bilardo. ¿Qué ocurrió?
El fútbol y el básquet, por extraño que pueda parecer, son deportes que en más de una ocasión se han retroalimentado. Por ejemplo, vale recordar el provechoso uso que Carlos Timoteo Griguol le dio a ciertas prácticas de esa disciplina, para lo que posteriormente sería su Ferro campeón en la década del 80. En el caso de Lamas, según él mismo ha detallado recientemente, su rol es “la comunicación y la construcción de la confianza dentro del plantel y el staff".
Pero hay una anécdota en particular que vincula al asistente del santafesino con Bilardo. La historia se remonta al año 1996, cuando ambos coincidieron en Boca: el primero como entrenador de básquet, y el segundo, de fútbol. Es que el "Narigón", como ha hecho en buena parte de su carrera, en su afán por incursionar en nuevas metodologías, buscó "incorporar" a un basquetbolista y sería nada menos que la estrella del equipo.
El protagonista es el recordado Sebastián Festa. “Nosotros veníamos de jugar viernes y domingo y nos tocaba viajar a Comodoro. Entonces viene Julio (Lamas) y nos dice mañana nos tenemos que tomar el avión en Aeroparque a las 2 de la tarde y antes de terminar, me dice ‘vos quedate que quiero hablar con vos’ y yo me puse a pensar que cagada me mandé. Entonces me dice ‘mañana tenés que estar 8:30 en el Centro Atómico con botines y le digo ‘¿para qué?. ‘Vas a entrenar con el plantel de fútbol’ y le digo ‘dale, me estás cargando Julio’”, describió en más de una ocasión "Paco", sobre aquel hilarante episodio.
Lamas fue apenas el interlocutor pero después tomaría protagonismo, al momento de sugerirle a Festa qué hacer, una vez realizada la práctica. Es que como el propio jugador contó, Bilardo le reconoció virtudes dentro del campo: “me dijo que veía bien cómo usaba el cuerpo. Yo estaba entrenado, jugaba profesionalmente al básquet. Y le aclaré que tenía noción de las dimensiones de una cancha de papi. Que si me daba 2 o 3 meses le iba a agarrar la mano”. Si bien la posibilidad llegó a considerarse realmente, con la salida del "Doctor" y debido a la importancia de "Paco" en el equipo, la chance quedó trunca.
