Uno no de los rugbiers más señalados como responsable del crimen de Fernando Baez Sosa pidió declarar esta tarde en los Tribunales de Dolores.
Según trascendió, ya se había quebrado durante la declaración de otra testigo, pero mientras estaba brindando testimonio su madre, Rosalía Zárate, Thomsen no aguantó más y entre lagrimas pidió declarar. Rompiendo el pacto de silencio que estaban teniendo: "Quiero pedir disculpas, jamás se me hubiese ocurrido matar a alguien. Me lastima haber estado en ese lugar".
"Hablan de mi con mucho odio", expresó el implicado, y de este modo, pidió "dar su versión de lo que pasó ese día".
Empezó su declaratoria admitiendo haber pegado la patada, pero desmintiendo haber tenido la intención de matar. “Estoy seguro que una o dos patadas he pegado”, señaló el acusado ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.
Su relato: "Fui detrás de un amigo que se metió en una ronda de otras personas", ahí afirma que recibió una piña y "Reaccioné tirando patadas, pero nunca con la intención de matar a nadie", "me metí a pelear porque vi que eran muchas personas contra una".
En esa misma secuencia, sostuvo que para él, "fue una pelea, un abrir y un cerrar de ojos". "Estábamos mamados desde las siete de la tarde, solo quería comer" y en ese sentido, afirmó: "No tengo recuerdo, estaba como en shock. Después me iban contando"
Y aseguró: "Pegué una o dos patadas". "Escuché varias cosas sobre mí en estos años. No me reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona, yo jamás en la vida tendría esa intención” manifestó Thomsen.
Luego de 50 minutos de testimonio, reconoció que la zapatilla con sangre era suya y aseguró: "No me di cuenta que Fernando estaba muerto".
Por último, sigue firme la defensa de decir que "fue una pelea, sin intención de matar".
