En la última semana, Wado de Pedro reveló que el Frente de Todos se encamina a una PASO con dos fórmulas. Dio por el hecho que una de ellas estaría liderada por Alberto Fernández. El mandatario nacional por ahora no confirma su postulación.
Se trataría de un hecho inédito a nivel presidencial: nunca un oficialismo usó las PASO. Siempre se dirimió con candidato único. En el 2011 fue Cristina Kirchner, en el 2015 Daniel Scioli y en el 2019 Mauricio Macri. A favor de la PASO podría decirse que dos de esas tres experiencias de "candidatura única" terminaron en derrota.
Sin embargo, sí han existido algunas internas distritales emblemáticas. ¿Se pueden sacar lecciones? Veamos el detalle.
En el 2011, Daniel Scioli fue por la reelección en la Provincia de Buenos Aires con una PASO. Es cierto, una PASO poco competitiva desde el minuto cero. Le ganó 94 a 6 a Mario Ishii. En las PASO, el Frente para la Victoria sumó un 50%, y en la General Scioli escaló al 55%. Claramente logró contener el voto de Ishii y sumar incluso algo más.
En el 2015, también la Provincia de Buenos Aires fue escenario de una interna oficialista. Esta vez terriblemente pareja y conflictiva. Aníbal Fernández y Martín Sabbatella vencieron 52 a 48 a Fernando Espinoza y Julian Domínguez. En total, el Frente para la Victoria había cosechado un 40%, 10 puntos por encima de María Eugenia Vidal. En la General, sin embargo, el oficialismo no pudo contener al voto de los perdedores y cayó a un 35%. Hubo un drenaje de 5 puntos porcentuales. Como se sabe, eso permitió el triunfo de Vidal con un 39%.
También en ese 2015, el PRO definió la sucesión de Mauricio Macri con una interna. Si bien Larreta contaba con el apoyo del aparato de CABA, Gabriela Michetti lucía como una contendiente de cuidado. Fue una campaña muy liviana, casi sin cruces. Larreta se impuso 60 a 40 en la interna. En total, el PRO cosechaba un 47.5%. En la General cayó al 45.6% y por eso debió enfrentar a Martín Lousteau en el balotaje, dándose un verdadero susto por la gran elección del economista.
Otra PASO oficialista con final feliz se dio en Santa Fe en el 2015. Fue una elección no apta para cardiacos. En la interna, el socialista Miguel Lifschitz venció al radical Mario Barletta con cierto margen, dentro de lo esperable: 70 a 30. En total, el Frente Progresista Cívico y Social sumó un 31.87%, un punto por debajo de Miguel del Sel. Pero en la General, el espacio progresista logró conservar los mismos porotos totales, sin filtración de Barletta, y el PRO cayó al 31%. Para colmo, Omar Perotti escaló también al 30%. Fue una lucha de decimales, pero finalmente Lifschitz logró ganar.
Lo esbozado por Wado de Pedro es doblemente histórico: interna oficialista a nivel presidencial pero encima con el propio Presidente como precandidato. Un experimento en Fase 1.
