Una emotiva publicación de Lía Molinari, una querida docente de la UNLP que acaba de jubilarse, generó cientos de comentarios en las redes sociales.
Docente, investigadora y ex Vicedecana de la Facultad de Informática, Lía dejó una imborrable huella y muchos ex alumnos no dudaron en recordar sus clases.
“Todavía me acuerdo la primera vez que entré al departamento de Matemáticas. Me inscribí a fines del 75 y comencé a estudiar como alumna de Cs Exactas, en la carrera Calculista Científico, en el 76. Pucha, mal año para empezar”, recordó Lía.
“La UNLP es parte de mi vida. Me dio amigos, amigas, algunos de ellos entrañables como Rubén Vaena o Laura Saenz. Me dio jefes y compañeros y compañeras de trabajo con los que aprendí muchísimo (y me divierto mucho también). El personal nodocente que me soportó, arreglando todas las cagadas que hacía, o las formalidades que me olvidaba”, siguió.
“La UNLP me dio hijos adoptivos como mi querido Juan Pablo Pérez, y un montón de casi hijos (disculpen, pero mis hijos me dijeron que al único que aceptan de hermano, es a Juan). La UNLP permitió que conociera a quien iba a ser el futuro padre de mis hijos”, agregó la docente.
“Estaré jubilada a partir de septiembre”, anunció luego, y contó cómo fue encarar en ANSES ese trámite tan simbólico.
“Hoy la persona que me atendió en ANSES, me dijo, harta de escucharme, cuando yo le decía ‘pero recién empieza el semestre, di dos clases, son muchos alumnos’: ‘SEÑORA, USTED NO PUEDE DAR MAS CLASES EN LA UNLP’. Lo miré y me quedé callada. Él no sabía el vacío que me estaba generando”, contó.
“Gracias UNLP. Gracias por todo lo que me diste. Pero más que nada, gracias por la posibilidad de estar orgullosa de ser parte. Porque fuiste mucho más que un lugar de trabajo: fuiste una forma de vida”, completó en la publicación que se llenó rápidamente de recuerdos.
“Tuve la suerte de aprender de vos en el trabajo y en la facultad y sos de las personas que más he admirado en este mundo de la Informática/Computación”, escribió Martín Monsalvo.
“Grande Lía! Qué honor haber sido tu alumna! En los dos años más intensos de la licenciatura del plan 90, era un placer asistir a tus clases, siempre me dibujabas alguna sonrisa y me hacías olvidar el cansancio de las cursadas”, sostuvo María Amalia Ortega.
Alejandro Sabolansky fue otra de las personas que recordó viejos momentos de Lía: “No me voy a olvidar nunca cuando llegabas en bici al anfiteatro de Química para dar clase. Siempre muy cercana a los alumnos y haciendo las clases muy divertidas en las que siempre todos nos matábamos de risa y además seguro algo aprendíamos. Luego tuve la suerte de trabajar en muchos proyectos con vos en los que aprendí muchísimo y no solamente de cuestiones de informática”.
