Resistencia a la Insulina y un síndrome que pone en riesgo la salud cardiovascular

La Obesidad visceral está asociada a enfermedades como la Hipertensión (presión sanguínea elevada) Dislipemia (colesterol y/o triglicéridos elevados) y a la Enfermedad Vascular, producto de la “Resistencia a la Insulina” que la misma provoca. Cuáles son las medidas que se deben tomar para su prevención y tratamiento
Salud y Bienestar 16/10/2023 . Hora: 13:04
Resistencia a la Insulina y un síndrome que pone en riesgo la salud cardiovascular
María Eugenia Rimoldi
Por María Eugenia Rimoldi
Licenciada en Nutrición (MP 2619). Especialista en Nutrición clínica y acompañamiento en trastornos de la conducta alimentaria. Miembro de la comisión de comunicación del Colegio de Nutricionistas PBA

La Resistencia a la Insulina o Insulinoresistencia se define como el estado en el que se requieren cantidades anormalmente mayores de insulina (hormona hipoglucemiante) para la captación celular de la glucosa, su metabolismo, su utilización o almacenamiento. 

En este caso la Insulina no puede ejercer su acción en sus órganos blancos (tejido adiposo, muscular y hepático principalmente) y por consiguiente se produce un impedimento en la captación celular de la glucosa con la consecuente Hiperglucemia (elevación sostenida de la glucemia). Así mismo la acción de la Insulina se ve comprometida lo que provoca el aumento de sus valores en sangre (Hiperinsulinismo). Este Hiperinsulinismo representa el costo de mantener la glucemia dentro de los valores normales en los sujetos insulinorresitentes en las personas con obesidad visceral.

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Causas de la Insulinoresistencia

En el origen de la Insulinorresistencia intervienen factores genéticos y ambientales (adquiridos) siendo la Obesidad la causa más frecuente de la insulinorresistencia adquirida.

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La alimentación produce aumento de la insulina que promueve la acumulación periférica de la grasa y al mismo tiempo tiende a suprimir la ingesta, interviniendo de este modo, en la regulación central del apetito. De acuerdo a esto, cualquier reducción en la acción de la insulina disminuye la saciedad y estimula la ingesta pudiendo ser la insulinorrestistencia la causante del apetito y la ganancia de peso.

Frecuentemente la insulinorresistencia es el nexo entre la transición de la obesidad hacia la diabetes.

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El Síndrome de insulinorestistencia o Síndrome Metabólico agrupa una serie de enfermedades como Hipertensión, Dislipemia y Enfermedad Vascular que tienen como factor común el aumento significativo del riesgo de enfermedad cardiovascular.

El diagnóstico

El Síndrome de insulinorresistencia no siempre presenta una manifestación clínica. En ocasiones puede ser sospechado a través del interrogatorio clínico o por examen físico, buscando hiperpigmentación (acantosis nigricans) de la piel en los pliegues y en las zonas de roce (cuello, pliegue del codo y rodilla o hueco poplíteo). Sin embargo el diagnostico concluyente lo proporcionan los valores de laboratorio, un motivo más por el cual debemos estar al día con nuestro análisis de sangre y realizarnos un laboratorio al menos una vez al año.

El tratamiento

En el caso de haber sido diagnosticados como pacientes con Insulinoresistencia, se recomienda que acudamos a un Licenciado en Nutrición con el objetivo de iniciar un plan específico de alimentación para disminuir el peso corporal en exceso y/o la grasa visceral, normalizar el lipidograma (colesterol y triglicéridos en sangre), estabilizar los valores de tensión arterial, normalizar los valores de glucemia.

Alimentación

Debemos prestar principal atención al consumo de fibra en nuestra alimentación: incluir variedad de vegetales diariamente, granos enteros (integrales), semillas, frutos secos, legumbres; también debemos tratar de incluir pescados al menos dos veces a la semana, evitar el consumo de sal reemplazando su uso por el jugo de limón y/o especias, evitar el consumo de azúcar y de alimentos con alto contenido de grasas saturadas y/o trans evitar los alimentos procesados y ultraprocesados utilizando como guía el etiquetado frontal y no descuidar el consumo de agua tratando de alcanzar al menos dos litros al día.

Actividad física

Practicar actividad física principalmente aeróbica al menos 90 minutos al día es sin duda el mejor medio que tenemos para estimular la acción de la insulina. Con este tipo de actividad disminuimos la insulinoresistencia logrando que la glucosa sea utilizada por nuestros órganos/ tejidos y no se acumule en la sangre provocando hiperglucemia. Al mismo tiempo cuando practicamos actividad física de tipo aeróbica también logramos disminuir los triglicéridos y el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL) lo que nos trae beneficio cardiovascular.

Uso de fármacos

El uso de fármacos está indicado cuando no logramos incorporar los cambios alimentarios y de actividad física o cuando una vez implementados no obtenemos los resultados esperados.

Acudir al control Nutricional

Es muy importante que acudamos a los controles con nuestro Nutricionista y médico especialista ya que el control clínico es uno de los aspectos fundamentales del tratamiento del Síndrome de insulinoresistencia. Implementando las diferentes estrategias indicadas como tratamiento, obtendremos una mejoría manifiesta de las alteraciones metabólicas.

Prevención

La mejor manera de que podamos prevenir la insulinorestisencia, es prevenir la obesidad visceral (de la cintura para arriba) que favorece al desarrollo de la diabetes. Por eso es necesario que revisemos nuestros hábitos alimentarios y de movimiento y en caso de no poder modificarlos favorablemente acudir al Nutricionista para que nos guíe y oriente y brinde estrategias de cómo hacerlo.

Es importante que sigamos atentamente las medidas de prevención ya que disminuye significativamente el riesgo de padecer Insulinoresistencia.

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