Es el llanten que proviene originalmente de las regiones de Europa y Asia y suele alcanzar los 30-50 cm de altura, creciendo principalmente en terrenos baldíos. El hecho de que se haya instalado en América del Sur, permitió que se ponga en práctica su consumo para prevenir y afrontar afecciones, por la gran cantidad de propiedades medicinales que tiene para el sistema inmunitario y el sistema digestivo.
Además, se la puede implementar para beneficiar a la piel, los ojos y el sistema respiratorio. No por nada nuestros antecesores la popularizaron como uno de los organismos vegetales más favorables para los seres humanos.
Esto no es todo, ya que el Llantén tiene propiedades calmantes, depurativas y saciantes, demostrando lo versátil que puede ser esta especie a partir de la extracción y utilización de sus hojas, inflorescencias y semillas. Los efectos actúan de manera veloz: suponen la expulsión de secreciones bronquiales, el detenimiento de la tos, el asma, el resfrío, faringitis, laringitis, disfonía y afonía.
Una de las características más relevantes de este tipo de ramificación es que sus hojas son comestibles, y es por esto que se la puede incluir en platos tanto fríos cómo calientes. Ideal para incorporar en ensaladas, sopas y guisos.
Otra de las formas más usuales para consumirla diariamente es a modo de infusión, sumergiendo sus hojas en agua hirviendo por 5 minutos. Entre 3 y 4 tazas al día es suficiente para aprovechar todos sus nutrientes.