Las fiestas con gran concurrencia de personas continúan firmes en La Plata. En las últimas horas, un nutrido grupo de vecinos de la zona de Abasto y Villa Elisa manifestaron su reclamo por el desarrollo de fiestas clandestinas en diferentes predios y quintas que no cuentan con la habilitación correspondiente.
Los damnificados, precisaron que no existe ningún tipo de control por parte de las autoridades competentes y que su acción es nula desde hace varias semanas.
Los distintos eventos y fiestas, se organizan ilegalmente y asisten cientos de personas, ignorando así las medidas de prevención y convirtiéndose en una suerte de costumbre que sigue vigente al no haber sanciones ni multas por parte de la secretaría de Control Urbano local.
En Villa Elisa denunciaron reuniones clandestinas que se realizan todos los fines de semana, en las que se generan desmanes y ruidos molestos que se prologan incluso, hasta la madrugada del lunes.
Debido a este tipo de celebraciones, que comienzan el sábado a la noche y prosiguen a lo largo del domingo, los vecinos no pueden descansar ni disfrutar el fin de semana junto a sus familias. Música a todo volumen, gritos, alcohol, estupefacientes y la ausencia total de Control Urbano.
A su vez, otro grupo de vecinos de la zona de Abasto expresó su inquietud por los incesantes ruidos musicales que comenzaron el sábado y continuaban durante el domingo por la tarde. Situación que se replicó tanto en los festejos de Navidad y Año Nuevo.
“Los jóvenes desconocen los riesgos que tienen la realización de estas fiestas en casas, quintas o salones que no cuentan con la debida autorización ni con las medidas de seguridad acordes” precisaron indignados los vecinos.
Este tipo de eventos y fiestas clandestinas son muy populares y se publicitan por medio de redes sociales con “dirección a confirmar”. Aunque todos conocen su ubicación y donde van a estar desarrollándose, desde la secretaría de Control Urbano de La Plata parecen no estar enterados y no llevan adelante ningún tipo de tareas u operativos para prevenirlas o clausurarlas.
Semanas atrás, se montaron múltiples operativos en toda la ciudad para erradicar este tipo de fiestas clandestinas a raíz de las denuncias recibidas y a través del seguimiento y la investigación sobre estos eventos durante los días previos. Esa metodología pareciera haber terminado.
La nocturnidad platense no puede traducirse en una pesadilla para los vecinos, que se ven literalmente bombardeados por ruidos que no permiten el descanso, y que provienen de fiestas clandestinas carentes de todo control.
