El atacante cordobés, indudablemente, es uno de los referentes que tiene hoy Estudiantes. A sus 34 años (cumplirá 35 en marzo), y con su extenso y rico recorrido por Europa, el nacido en La Carlota está en condiciones de transmitir enseñanzas y de guiar junto a otros caudillos a esta nueva camada que tiene la misma voracidad, que él tenía cuando inició, de continuar dejando una huella en la historia del club. Sus consejos y los objetivos tanto personales como colectivos, para lo que viene.
"Quiero seguir consiguiendo cosas. Creo que es lo más hermoso y me tocó revivirlo en mi vuelta y es lo que queremos todos: continuar remarcando esta generación", afirmó, sin dudas, en ese sentido, en el marco de la extensa entrevista que le brindó a Estudiantes Play. Y si bien evitó dar precisiones a cuanto las metas específicas, al menos, admitió que "más allá del número, sería un orgullo personal o a nivel de equipo de obtener otro título".
"Con esa generación que me tocó vivir, hoy nos toca inculcarles eso a los que vienen", reforzó sobre ese aspecto, y al mismo tiempo, señaló que "es una forma de ayudar" y de devolver lo que la institución le brindó en todo este tiempo. Porque además de ser "importante para el club y los que están empezando", es necesario "tener ese día a día" para que "el grupo quiera conseguir cosas importantes".
Esa metodología, acompañada del "cariño constante" y de la sensación de "estar todos los días en tu casa", constituyen, para él, la gran familia que representa Estudiantes. Esa que lo enamoró desde que llegó como niño y le sigue generando lo mismo actualmente, ya en calidad de referente. "La decisión de volver no fue muy difícil. Interiormente sabía que tenía que terminar ese ciclo en donde empezó todo. Se dio acá con la gente que quiero y donde me siento muy feliz y muy cómodo", explicó acerca de su retorno.
Y aunque hoy es consciente del rol que tiene, habiendo dejado atrás ya ese legendario en la cancha de Newell's al que definió como "algo mágico", también mostró la grandeza de admitir que hasta los más grandes se equivocan y eso debe ser una enseñanza. "Me tocó jugar una final después de una lesión muy complicada, y si bien fue un premio, también inconsciencia lo que me pasó: la expulsión faltando tan poco. Eso también puede ser un ejemplo para los más chicos".
