Los intendentes peronistas exhibieron distintos estilos esta semana última a la hora de abrir las sesiones de los concejos deliberantes de sus distritos.
Quizás el más calmo haya sido el mandatario platense, Julio Alak: tono tranquilo, sin bombos, sin banderas. No nombró a Javier Milei. Solo habló del "momento complejo que atraviesa el país”. Pero sí destacó a Axel Kicillof, la importancia de trabajar en conjunto con la Provincia y señaló en dos oportunidades que acompañará el reclamo por la coparticipación y la devolución de los fondos eliminados por Nación.
Tampoco hizo consideraciones de tipo “político-partidarias”. Un discurso muy localista y centrado en las acciones de su gestión.
Mario Secco fue incluso más allá en su defensa de Axel Kicillof: “Yo juego fuertemente para el gobernador”. Lo dijo en el cierre de su alocución cuando realizó una pequeña reflexión del momento político.
Allí aprovechó también para pegarle a Miguel Ángel Pichetto y Florencio Randazzo: “Si quieren decir que somos una foto en blanco y negro, primero mírense al espejo”.
El Intendente de Ensenada sí fue explícito en sus críticas al gobierno nacional y, rememorando una frase de Néstor Kirchner, lamentó que Milei sea “fuerte con los débiles y débil con los fuertes”.
Algo distinto fue el paisaje en Lanús, municipio reconquistado por el peronismo después de 8 años de macrismo donde Néstor Grindetti construyó sucesivas victorias que lo ungieron en la competencia por la Provincia de Buenos Aires. Pero el retorno del peronismo a Lanús no fue cualquier retorno: ganó Julián Álvarez, hombre importante de La Cámpora.
Su discurso fue mucho más extenso y cargado de una simbología cristinista. Al comienzo, de hecho, realizó un análisis histórico de Lanús marcando el impacto que tuvieron las diferentes crisis de deuda de Argentina. Una adaptación lanusense del documento que escribió Cristina Kirchner.
El repaso de Álvarez comenzaba en 1976, pasaba por la “década ganada” de 2003 al 2015, y daba cuenta de “la tercera crisis de deuda” con el macrismo. Al gobierno de Alberto Fernández lo calificó de “tibio”. Habló de “entrega macrista” y de Milei como un “vendepatria”. También dijo que nos gobierna “un showman economista”. Más guiños a Cristina.
Si Alak prefirió eludir nombres propios y agresiones, Álvarez tomó un camino bien distinto: mientras hablaba, en una pantalla gigante, se mostraban fotos de Mauricio Macri con Christine Lagarde, de Javier Milei gritando, y de Néstor Grindetti y Diego Kravetz con sus supuestos magros resultados de gestión. No zafó nadie.
Otro detalle: no hubo menciones explícitas sobre Kicillof. Sí lo defendió en su reclamo por la coparticipación pero con una frase de Máximo Kirchner: “Como dijo Máximo en aquel memorable acto de Argentinos Juniors: los números cierran con la gente adentro”.
En el auditorio podían verse a varias caras de La Cámpora: Mariano Recalde y Luana Volnovich, las más conocidas. Daniela Vilar, Ministra de Ambiente, el único rostro fuerte del gabinete provincial. También de La Cámpora. Además, el flamante intendente aprovechó para hacerle un reclamo a Kicillof: “Vamos a exigirle al gobernador que ponga en funcionamiento la Cámara Civil y Cámara Penal en nuestro distrito y que cubra la vacante de jueces y fiscales para que haya una justicia cercana y ágil”.
La apertura de Mayra Mendoza en Quilmes mezcló también consideraciones políticas y de gestión. Primero infló el pecho por los triunfos de La Cámpora en varios distritos. Habló de que pertenece a una “nueva generación política” que tiene el desafío de gestionar y que reivindica a “Perón, Eva, Néstor y Cristina”.
Señaló que esa “nueva generación” ahora también gobernará en Lanús, Hurlingham, Olavarría, Colón, Coronel Rosales, Brandsen, Suipacha y Bahía Blanca. Obviamente todos lugares donde ganaron los candidatos de La Cámpora.
Al igual que Julián Álvarez, citó a Máximo Kirchner: “No alcanza que cierren los números en una planilla de Excel”. Despotricó contra Milei pero con tono calmo. Su mensaje fue leído, aunque hubo definiciones fuertes. Una de ellas recordando a Perón: “La libertad que pregonan es la libertad para morirse de hambre”.
En el cierre, hizo una reflexión hacia el interior del peronismo. Mendoza pidió “construir una nueva mayoría popular”, y “resolver los problemas estructurales”. Para ello volvió a basarse en las últimas apariciones de Cristina: resolver la falta de divisas, la matriz productiva, los problemas en la vivienda, la desigualdad y los cambios en el mundo laboral. “No estoy para resolver los problemas de los dirigentes, sino resolver los problemas de la gente”, señaló luego. Otro guiño a la ex Presidenta.
Finalmente, una advertencia: “Si no generamos esperanzas, personajes con discursos violentos o estridentes van a seguir siendo una opción electoral viable”.