Javier Milei logró ganar las elecciones 2023 haciéndose fuerte en el segmento etario de 16 a 29 años, habitualmente hegemonizado por el kirchnerismo.
Para las aspiraciones del peronismo en la próxima elección, ese grupo puede ser determinante. Ya desde la campaña del año pasado, se escucharon voces que advertían sobre el problema.
Tal vez la que más ruido hizo fue la de Axel Kicillof en un acto con estudiantes en la Facultad de Psicología en la UNLP. Allí, habló de la importancia de empezar a tocar nuevas canciones, nuevas melodías, con soluciones concretas.
También en esa presentación lo había sugerido Ofelia Fernández: el peronismo no le estaba llegando a los jóvenes con soluciones concretas a sus verdaderas demandas.
Hace una semana, Máximo Kirchner expresó: “Necesitamos más organización que nunca. Tenemos que sumar a pibes y pibas, pero no solo hay que sumarlos: hay que darles un lugar”.
“Tenemos que mantener el recuerdo de aquellos que dieron todo por un país más justo. Hoy y siempre; de eso se trata”, agregó el Presidente del PJ bonaerense en el ciclo de formación de la Escuela Justicialista.
En la apertura de sesiones ordinarias de Quilmes, Mayra Mendoza había hablado de “una nueva generación” en alusión a la camada de dirigentes de La Cámpora de 30 a 45 años que empezaron a gobernar en distintos municipios bonaerense. Ella vendría a ser la “madrina” de esa nueva camada, ya con una experiencia de cuatro años en un distrito complejo.
En la tribu massista también toman nota de la necesidad de volver a conquistar a los jóvenes. Por lo pronto, en el reciente recambio de autoridades del Frente Renovador hubo una apuesta muy fuerte a los jóvenes del partido. Ya en la Legislatura Bonaerense se puede vislumbrar ese mismo espíritu con la presencia de jóvenes diputadas como Ayelén Rasquetti y María Fernanda Bevilacqua.
Descuidar el voto joven no es un tema menor. Quizás ese haya sido el primer síntoma de la debacle electoral de Juntos por el Cambio.