Fue una leyenda de la Galería San Martín, zafó de una ola de clausuras en La Plata y arrancó con un pomelo: "Es un honor"

Demian tiene 48 años y es un verdadero emblema del arte en La Plata. Se calentó con un aerógrafo y poquito tiempo después se metió en el mundo del tatuaje: "En ese momento no estaba legalizado"
Sociedad 30/08/2024 . Hora: 11:55
Fue una leyenda de la Galería San Martín, zafó de una ola de clausuras en La Plata y arrancó con un pomelo: ”Es un honor”

Demian es de La Plata, tiene 48 años y ya lleva más de 25 dedicándose a los tatuajes. Es un verdadero artista.

Yo era chico, estaba en la Primaria, y mientras mis compañeros jugaban al futbol yo siempre prefería hacer dibujos”, recuerda en diálogo con LAPLATA1.com.

SHOW DEL DESAYUNO

“Un poco me cargaban pero yo seguía orgulloso. Iba a exposiciones y siempre crecía de forma muy autodidacta”, agrega, y recuerda que era un apasionado de las historietas y las revistas donde se destacaban grandes dibujantes.

“Cuando salía del Secundario iba a visitar a una persona que en ese momento trabajaba en una disquería del rock, Martín, que hoy es profesor en la Facultad de Bellas Artes. Él hacía dibujos que los ponía en la vidriera y a mí me encantaba verlo en plena acción. Yo absorbía todo. No había internet, entonces tenías que mirar”, señala luego.

CADENA COOL

Hernán fue otra persona muy importante para Demian. Uno de los primeros tatuadores en La Plata. Allí también se empezó a empapar de un arte que todavía no estaba tan extendido en la ciudad. Hoy son muy buenos amigos.

Pero no todo fue un camino de rosas para Demian. Al principio incursionó con la aerografía pero claramente no era lo suyo. Terminó desesperando y arrojó la máquina a la calle. Furioso.

SHOW DEL DESAYUNO

“Me colgó la paciencia. Había que limpiarlo cada vez que se usaba un color”, recuerda a la distancia. Pero enseguida tuvo su revancha: le prestaron una máquina para tatuar y comenzaría una linda historia. Su primer tatuaje fue un cuervito para un amigo hincha de San Lorenzo. Era el inicio del siglo XXI.

“En ese momento no estaba legalizado. No existía el rubro”, señala. Hubo una ola de clausuras en La Plata pero Demian sobrevivió con su pequeño estudio. Finalmente la actividad se reguló en la ciudad y todo volvió a la normalidad. Eso sí: tenían que hacer un curso de bioseguridad. “Nosotros estábamos más preparados que los profesores. Se asombraban. Nosotros ya lo teníamos claro. Ellos terminaron aprendiendo más de nosotros que al revés”, confiesa.

Durante muchos años Demian trabajó en la Galería San Martín, “la meca de los tatuajes” como él lo define.

“Conocí artistas increíbles, gente que admiro, y que nos apoyamos mutuamente”, cuenta. Pero un día decidió pegar el portazo y volver a la soledad de su estudio.

Yo me siento más cómodo sin ninguna influencia externa, sin contaminación. Busco conservar la esencia”, y enseguida aclara que su fuerte es el “realismo”.

“Aprendí de mis errores, de los errores de los demás. Trato siempre de enfocarme en la perdurabilidad de los tatuajes. Muchos no tienen en cuenta que la tinta puede cambiar. El tiempo hace lo suyo”, explica. Por eso hoy se enmarca en el “realismo blanco y negro”.

A mí me gustan las sombras, las luces, las texturas. Yo hago el tatuaje pensando en el futuro”, sigue Demian.

Y completa con un emotivo mensaje: “Los clientes son lo más importante para mí. Gracias a ellos soy lo que soy. Muchos de ellos se transformaron en amigos. Incluso conozco a sus familias, he comido asado con ellos, me dan muestras de gratitud, regalitos. Cada tatuaje tiene su historia, y cada persona tiene la suya. Hay muchos tatuajes que contienen homenajes o sentimientos muy fuertes. Son cosas profundas y es un honor formar parte de eso”.

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