María es de La Plata y una auténtica remadora junto a sus pequeños. El mundo de los jabones fue clave para pegar un vuelco de 180 grados luego de haberse quedado sin trabajo.
“Yo arranqué vendiendo jabones, perfuminas y difusores en una feria y de ahí fueron saliendo ideas”, recuerda en diálogo con LAPLATA1.com.
Todo se remonta en realidad al 2019 cuando la joven se quedó sin trabajo: laburaba en la cocina de un restaurante.
“Algo tenía que hacer con tres chicos. Así que invertí lo que tenía y armé algunas cosas”, sostiene. Luego tuvo un hijo más.
“En la cuarentena no se podía festejar nada y me pidieron jabones para nacimientos que era lo que más se vendía”, cuenta María.
“Poco a poco fui aprendiendo a hacer más cosas. Soy mamá soltera, tengo 4 hijos, así que tengo que ganarme el mango sí o sí y este emprendimiento me permite trabajar y poder cuidarlos”, señala.
Por otro lado, detalla: “Pinto a mano la mayoría de los trabajos personalizados. Con el fibrofácil empecé haciendo llaveros casi cuando terminaba la cuarentena, y tuve que aprender a pintar mientras iba trabajando”.
Ahora está muy metida en el mundo de los souvenirs y la rompe en los cumples de 15.
“Yo pienso seguir con este emprendimiento porque ya tengo clientes y se va pasando de boca en boca. Casi todos los clientes vienen porque otro le dio mi número”, reconoce.
Y completa: “No siempre se trabaja todos los días pero gracias a Dios es laburo y de ahí saco para el alquiler y otras cosas. Ahora está medio parado todo por cómo está la economía pero le damos para adelante”.