Nicolás Roldan tiene 24 años, nació en Berisso pero actualmente vive en La Plata y tiene un sueño: poder representar al país en el Mundial de Taekwondo ITF que se realizará en Barcelona el próximo año.
En diálogo con LAPLATA1.com, Nicolás cuenta un poco de su historia. Conoció el Taekwondo de casualidad, cuando tenía solo 8 años.
“Fue por curiosidad. Habitualmente íbamos con mi familia a una carnicería que estaba al lado de un gimnasio donde lo practicaban”, recuerda. Nicolás no se cansó de insistir y finalmente lo inscribieron. Era en Montevideo y 23.
El crecimiento de Nicolás fue notorio. Rindió cinturones, profundizó sus competiciones y se fue transformando en su pasión. Por ejemplo, en el Panamericano de Canadá del 2017 fue campeón de Lucha hasta 55 kilogramos, y en el 2023 se coronó en el Sudamericano de Mar del Plata. Nicolás también cosechó muy buenos rendimientos en el Asia Championship Corea 2017, y ahora su mente se centra en poder estar presente en Barcelona 2025.
“La pandemia me sacó de las competencias, de lo planificado, de los viajes. Pero no fue una excusa para mí: seguí entrenando y puliendo las técnicas”, señala el joven, que tuvo que improvisar un gimnasio en su propia casa.
“Yo venía del mundo del fútbol infantil. Era otro ambiente. Totalmente distinto. Es el agua y el aceite. En el fútbol infantil los padres se pelean entre ellos, insultan al árbitro, le exigen mucho a sus hijos. En el Taekwondo lo primero que me marcó es el respeto. El respeto hacia el instructor. Siempre se saluda y hay que pedir permiso para ir al baño o tomar agua. Es algo que me sorprendió”, contrasta.
Y explica: “Los valores y principios del Taekwondo son la cortesía, la integridad, la perseverancia, el autocontrol y el espíritu indómito. Son cosas que nos marcan. Ahora yo trato de transmitirlo a las nuevas generaciones, que por ahí viene complicada con el respeto hacia las personas mayores, incluso a sus padres”.
“Más allá de tirar patadas, esto es un camino de ida, un estilo de vida. No me arrepiento de haberlo conocido. Me dio la oportunidad de conocer amigos nuevos, países nuevos y me enseñó a estudiar. Tiene una parte de filosofía y de cultura moral muy particular. Por eso trato de transmitirlo a todos los que quieren”, completa Nicolás.