

Alejandro es de La Plata, pasó una situación muy particular cuando comenzó la pandemia y hoy no para de viajar.
Según cuenta en diálogo con LAPLATA1.com, el principio de la pandemia lo encontró en medio de sus vacaciones con su familia. Estaban en Tucumán.
“Nos quedamos allá un mes y medio. Tuve que lavar acolchados en ese lugar para sobrevivir. No te dejaban salir a ningún lado”, recuerda.
Finalmente logró sacar un permiso en la policía y con esas autorizaciones emprendieron el eterno viaje hacia La Plata.
Desde ese momento empezó a meterse en el mundo del flete, como si ese viaje le hubiera marcado la vida. Trabajó en una empresa durante tres años pero la cosa no terminó bien.
“Yo pedí un permiso para no ir a trabajar porque tenía a mi mamá internada pero después pasaron una, dos, tres semanas, y dejaron de llamarme”, cuenta sobre ese difícil momento.
Pero lejos del lamento, Alejandro siguió adelante y decidió crear su propia agencia de fletes.
“Gracias a Dios va funcionando bien. Hemos tenido viajes a Junín, Rosario, Santa Fe, y todos los días tenemos en Capital Federal. Yo tengo una camioneta, y cuento con dos chicos que tienen su propio vehículo y trabajan conmigo”, completa sobre la dinámica del emprendimiento. Eso sí: jamás olvidará el viaje pandémico desde Tucumán a La Plata.