
Camila Lema tiene 19 años y es originaria de Chile, más precisamente de un pueblo llamado Monte Águila, a ocho horas de la Capital. Y para cumplir su sueño de estudiar medicina, decidió cruzar la cordillera y arribar a la ciudad de La Plata.

Esta decisión tuvo que ver con que en su país la educación no es gratuita y es complicado pagar una carrera. “En Chile era muy difícil lograrlo, más siendo de un pequeño pueblo que está algo alejado de las grandes ciudades y todo eso”, contó en diálogo con LaPlata1.com.
Al principio, Camila dudó de si podría adaptarse a la realidad de otro país, dejar todo lo que conocía y mantener bien la carrera. Sin embargo, tuvo un gran acompañamiento de sus seres queridos. “Gracias a Dios, mi familia decidió apoyarme. Sobre todo mi mamá que me dijo que me arriesgara a hacer esta aventura. Y eso fue suficiente como para decidirme a que iba a estudiar en otro país”, nos dijo Camila.
De esta forma, a fines de 2023, con algunas complicaciones, logró hacer los trámites para anotarse a la carrera de medicina. Desde niña, Camila sueña con ejercer esta profesión. “Siempre tuve ese interés por la biología humana, por cómo funcionaba el cuerpo, eso siempre me llamó la atención. Cuando era pequeña era la más contenta cuando eran las clases de biología”, recuerda la joven chilena.
Y el año pasado por fin pudo empezar a cumplir ese sueño. Además, se sintió muy bien recibida por los platenses y estudiantes de otros lugares, y dijo que le está yendo bien en la carrera. “A pesar de que al inicio dolió, ahora me siento más tranquila porque sé que mi familia confía en mí”, afirma.
Y a la par de sus estudios, Camila arrancó un lindo emprendimiento. Ella cuenta que, como tuvo que empezar a cocinarse sola, probó de hacer cosas dulces también. “Empecé a hacer brownies y budines, y me di cuenta de que me salían muy ricos, los preparaba muy deliciosos. Y pensé ‘¿por qué no vender?’”, nos contó.
Ella está muy agradecida con el trabajo que hace su familia para que ella pueda estudiar en La Plata y quería juntar algo de dinero para ayudarlos. Así, comenzó su emprendimiento llamado Gatitos y dulces (gatitosy_dulces en Instagram) en donde hace distintas cosas dulces como brownies, budines, galletas y postres típicos de Chile como calzones rotos, pie de limón o kuchen. También, realiza cajas para fechas especiales como cumpleaños o San Valentín.
Su clientela empezó siendo la gente de la facultad y de a poco la fue ampliando. Con el emprendimiento, además de ayudar a su familia, espera conseguir el suficiente dinero para comprarse una batidora y ampliar más su catálogo de cosas dulces.
Mientras tanto, continúa estudiando la carrera que siempre quiso hacer para alcanzar su objetivo. “Sé que voy a lograrlo. Sin importar los años, sé que voy a poder obtener ese título que soñé desde pequeña”, sostuvo con confianza.