

Paola tiene 49 años, es de Melchor Romero y desde hace un tiempito decidió “volver a foja 0”, como ella mismo lo define en diálogo con LAPLATA1.com.
Su camino estuvo casi siempre ligado a la cocina, aunque también se dedica al arreglo de calzado y camperas. Es una verdadera luchadora y emprendedora.
“Más allá de esos dos emprendimientos, siempre estuve convencida de que el dicho ‘Panza llena, corazón contento’ es el mejor de todos. A todos nos encanta disfrutar de algo rico con buenos amigos que hacen de esos momentos ocasiones especiales”, explica.
Así fue que junto a una amiga “cranearon” una iniciativa de “tortas saladas”, que de a poco fueron complejizando. Habían pasado por una panadería y ahí se les prendió la lamparita.
“Lo divertido de este emprendimiento es que las tortas así marcan la diferencia en cada mesa. Aunque ahora sigo sola con este emprendimiento, que arrancó antes de la pandemia, disfruto muchísimo personalizando estas tortas que son especiales para quienes me las encargan”, señala.
Pero no siempre Paola fue emprendedora. También ha trabajado en varias casas de comidas y como empleada de limpieza en casas particulares. Va y viene. Pero siempre tiene a la cocina entre ceja y ceja.
“La pandemia fue un desastre. Se paró todo. Tuve que frenar un poco con todo. Ahí retomé a trabajar en casas de comidas. Cuando la pandemia se terminó, arranqué de cero y de a poquito tener que ir remándola”, recuerda.
“Siempre la luché sola, tratando de salir para adelante. Tengo cuatro hijas y prácticamente las crié sola”, reflexiona.
“Lamentablemente las cosas a veces no salen bien, pero siempre tenés que seguir adelante por la motivación que requiere una mamá con hijas para poder solventar sus necesidades”, continúa Paola, que crece cada vez en Melchor Romero. Todo a pulmón.
Y completa: “La lucho como todos los argentinos. Quizás no sea tan dura mi historia como la de otras mamás que ni siquiera tienen casa, están solitas con su bebé, o no tienen ninguna entrada económica. De todas formas, yo estoy apechugándola y siempre traté de sacar la cabeza del agua para poder sobrevivir a este sistema que tanto nos golpea”.