
Tras la denuncia por abuso que presento Flor Moyano contra Juan Martino, quien fue su abogado en la causa, Roberto Castillo, lanzó fuertes acusaciones contra la modelo.
En un descargo que publicó en redes sociales, la modelo aseguró que el abogado la “manipuló, expuso y revictimizó”, y que usó su caso “para beneficio propio”.
“Me abandonó, me dejó sola y sembró dudas sobre mí”, afirmó la modelo. Pero en las últimas horas, se conoció el descargo legal que Castillo presentó ante el juez para defenderse de las acusaciones y explicar los motivos por los que decidió dejar de representarla.
En el documento, que fue difundido en Intrusos (América), el abogado señaló que desde un primer momento Moyano mostró interés en “darle visibilidad mediática a su relato”, mencionando incluso contactos previos con periodistas y productores de programas de espectáculos.
?DOCUMENTO EXCLUSIVO: GIRO INESPERADO EN LA CAUSA FLOR MOYANO - JUANI MARTINO@intrusos #Intrusos25Años pic.twitter.com/WyVtNb1u3F
— América TV (@AmericaTV) May 22, 2025
Castillo explicó que, como parte del proceso, su estudio solicitó acceso a los registros audiovisuales en crudo del reality para verificar la concordancia entre los hechos denunciados y la prueba disponible.
Luego de eso, según relató, al analizar las imágenes encontraron serias discrepancias: “El contenido de los videos no se correspondía de ninguna manera con los hechos que había relatado Florencia Moyano".
“No existía ni remotamente una situación como la que la denunciante nos había denunciado. Las imágenes mostraban un contexto completamente distinto”, agrega Castillo.
Al mismo tiempo, señala: “El logro más importante de este proceso era acceder a esos videos. Una vez que obtuvimos la prueba fundamental, la situación empezó a complicarse”. Y agregó: “En ningún momento se visualiza a una mujer inmóvil y en estado de shock. Florencia relató que no se movía, pero en el video se la ve participando activamente”.
Según Castillo, al advertir esta contradicción, su estudio decidió actuar “con responsabilidad y ética profesional”, y planteó la posibilidad de renunciar: “No estábamos dispuestos a acompañar una acusación penal falsa ni a involucrarnos en una maniobra que implicara imputar a un inocente”.
El abogado también relató cómo reaccionó la denunciante: “Ella y su entorno manifestaron una profunda incomodidad. En lugar de reconocer la gravedad de la contradicción, solicitaron que el estudio continuara representándola para no dejarla expuesta públicamente”.
Además, describió otro episodio que deterioró el vínculo: “La situación se agravó cuando Moyano intentó presentar públicamente como psicóloga a una persona que en realidad tenía matrícula de kinesióloga.”
“Eso generó un escándalo ético que puso en riesgo toda la estrategia judicial y mediática, y afectó la credibilidad del estudio y del equipo periodístico que la acompañaba”, sostuvo.
Sobre el final, Castillo fue contundente: “Resulta absolutamente incompatible con la realidad pretender instalar hoy un discurso de victimización que me presente como responsable de su exposición o de haberla abandonado”.
Y concluyó: “La realidad es exactamente opuesta: este estudio se negó a acompañar una versión desmentida por prueba objetiva. Frente a esa negativa ética, la denunciante eligió otro camino y un nuevo representante que validara su estrategia mediática”.