
En el último Boletín Epidemiológico, el Ministerio de Salud de la Nación advirtió sobre “un problema de salud pública creciente y prioritario”: los intentos de suicidio. Entre abril de 2023 y abril de 2025, el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) notificó 15.807 intentos en todo el país, lo que equivale a un promedio de casi 22 casos por día. De ese total, 906 terminaron con desenlace fatal, es decir, más de una muerte diaria por esta causa.
La mayor parte de los intentos se concentra en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años, especialmente en mujeres. Sin embargo, los varones registran índices de letalidad cinco veces mayores, principalmente por el uso de métodos más violentos.
Desde la entrada en vigor de la notificación obligatoria el 1º de abril de 2023, como parte de la implementación de la Ley Nacional N.º 27.130, el sistema ha logrado una mejora progresiva en la detección. Actualmente, participan 23 jurisdicciones y más de 170 establecimientos notificadores activos. Solo en enero de 2025 se registraron 1.084 intentos, el pico hasta el momento.
No obstante, los especialistas aclaran que el aumento de casos reportados no implica necesariamente una suba real, sino un mayor y más efectivo sistema de notificación. “El evento continúa en fase de implementación en varias jurisdicciones”, explica el informe, por lo que la información aún no refleja con precisión la magnitud real del fenómeno.
Entre los datos más preocupantes se destaca que:
El 94,3% de los intentos no tuvo desenlace mortal.
Las mujeres representan el 60% de los casos, con predominio de la sobreingesta de medicamentos como método.
En los varones, los métodos más frecuentes fueron el ahorcamiento (39%) y el uso de armas de fuego, lo que explica su mayor letalidad.
El grupo de 15 a 19 años presenta la tasa más alta: 91 casos cada 100.000 habitantes. Las adolescentes duplican las tasas de los varones de la misma edad.
Incluso se registraron 23 intentos en niños de entre 5 y 9 años, lo que encendió una señal de alerta en las políticas de salud mental en infancias.
En más de 8.000 de los casos se relevaron antecedentes clínicos. Dos factores se repitieron con mayor frecuencia: diagnóstico previo en salud mental (20%) e intentos anteriores de suicidio (también 20%). Le siguieron el consumo problemático de alcohol y cocaína.
Más de la mitad de las personas notificadas requirió internación (55%) y el 6% fue derivado a cuidados intensivos.
Los datos revelan un escenario alarmante que exige reforzar con urgencia las estrategias de prevención, atención temprana y acompañamiento comunitario, especialmente entre las juventudes.