Aunque no lo sepamos, nuestras sábanas y toallas son un caldo de cultivo para hongos y bacterias si no se toman las medidas de higiene necesarias.
Según una encuesta de Women"s Health, un 16% de los encuestados lava sus sábanas solo una vez al mes y un 32% no cambia nunca las almohadas.
Para sorpresa de muchos, de acuerdo a estudio publicado en "Allergy", todos dejamos en la ropa de dormir alrededor de unos 100 litros de sudor en la cama al año,. Esta humedad se convierte en lo que los científicos llaman un "medio de cultivo fúngico ideal".
Según contó el microbiólogo Philip Tierno de la Universidad de Nueva York (EE.UU.) a Bussines Insider, si se deja durante demasiado tiempo sin limpiar, la vida microscópica dentro de las arrugas y pliegues de nuestras sábanas puede incluso enfermarnos. Por eso, se recomienda cambiar -y lavar- las sábanas una vez a la semana. Pero si hay alguien enfermo, se duerme desnudo o las temperaturas son altas, la frecuencia debería ser mayor.
¿Y qué pasa con las toallas y toallones? Según Phillip, "si logras secarlas por completo, no más de tres usos". En otra investigación, Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona (EE.UU.), encontró que el 90% de las toallas de baño albergan bacterias coliformes (indicadores de la contaminación del agua y de los alimentos) y el 14% E. Coli (uno de los organismos patógenos más relevantes en el humano).
Por eso, aparte de mantener las toallas lo más secas y ventiladas posible, deben lavarse cada dos días, sobre todo si hay niños pequeños en casa.




