
A veces es necesario parar a mitad del día para tirarnos a dormir la siesta. Hay varios estudios científicos que confirman que descansar de 10 a 20 minutos nos permite seguir con buen ritmo hasta el final del día.
Además, los expertos explican que si extendemos la siesta hasta los 45 minutos, contribuimos a reducir la presión arterial, mejoramos el metabolismo y nuestra creatividad.
Pero no todo es color de rosa. La siesta tiene sus desventajas:
1. A veces produce dolor de cabeza
No sucede siempre ni a todos, pero puede desencadenar un tipo específico de dolor conocido como cefalea hípnica o cefalea despertador. En general, ocurre a personas que superan los cincuenta años.
2. En la gente mayor, no funciona tanto
Según un estudio desarrollado por el Instituto del Sueño del Hospital Pellegrin de Burdeos, en Francia, a medida que crecemos, la siesta deja de tener los efectos que tiene para los más jóvenes. Tras una prueba realizada, a éstos últimos los desvelaba y podían estar más atentos y no sucedía lo mismo con las personas maduras.
3. Favorece el insomnio
Si una persona que sufre insomnio se echa a dormir después de comer, tiene que ser durante muy poco tiempo y dejando un intervalo de al menos siete horas entre la siesta y la noche.
4. Acentúa los problemas gástricos
Cuando la siesta no se realiza de manera correcta, puede ser una fuente de problemas para individuos con algunas dolencias. Los especialistas les recomiendan dejar pasar un rato y moverse un poco antes de conciliar el sueño, para que la comida baje. ¿Por qué tienen prohibido acostarse? Lo explica esta doctora: "Suelen entrar en un sueño muy profundo y corren el peligro de quedarse dormidos durante demasiado tiempo".
5. Puede indicar apnea del sueño
Si una persona necesita descansar a mediodía durante más de una hora para despejarse, debería ir al médico para comprobar si sufre apnea. El sueño puede deberse a las interrupciones en la respiración que se producen durante la noche que hacen que este no sea reparador.