Ya de por sí, la palabra "lunes" suena a "estrés" o al menos, a "cansancio". Sucede que en pleno fin de semana uno no es consciente de sus horarios o al menos, le presta menos atención al reloj.
Y cuando comienza la semana, el lunes por la mañana, parece que nuestro cuerpo no descansó lo suficiente para empezar el día y afrontar todas las responsabilidades.
Pero, ¿por qué sucede esto? Los investigadores del sueño definen a esta situación como "jet lag social", y sucede cuando las obligaciones laborales, escolares o sociales exigen a nuestro cuerpo a alejarse de sus patrones normales de descanso.
Algunos estudios descubrieron que no solo importa cuánto dormimos, sino también cuándo. Cuando nos despertamos tempano para ir al trabajo de lunes a viernes nuestro organismo se adapta a dicho horario, pero si los fines de semana nos levantamos mucho más tarde interrumpimos el ciclo anterior.
Por eso, el lunes queremos regresar a nuestro ritmo habitual el cuerpo tiene que volver a adaptarse y se siente mucho más cansado.
Por otro lado, el celular puede influenciar considerablemente en la calidad de sueño que tengamos. ¿Por qué? Porque en condiciones de oscuridad se segrega melatonina, que facilita el inicio de sueño, pero cuando la luz del celular (o cualquier otro tipo de aparato) ingresa a través de nuestra retina, nuestro hipotálamo envía una señal a la glándula pineal para que inhiba la secreción de melatonina y estimule la vigilia y la alerta.




