A todos nos gusta salir con amigos o juntarnos a cenar, y beber unas copas de vino o nuestro trago favorito.
Ahora, y aunque todavía no seas madre, un estudio de Journal of the Endocrine Science explica que el alcohol puede afectar las funciones cerebrales de quien bebe a tal punto que su descendencia se podría ver perjudicada.
Según la investigación, las consecuencias podrían verse reflejadas en su comportamiento social, con una menor predisposición para el juego, y en su desarrollo físico durante la pubertad, con un menor peso corporal.
Las conclusiones se obtuvieron tras experimentar con ratones de laboratorio, según explicó el autor principal del estudio, Tony Park, a Oxford Academic. Se encontró que las ratas que consumieron alcohol durante la pubertad después tuvieron problemas con la descendencia.
Este comportamiento previo de mujeres y hombres también podría afectar a las generaciones futuras de otra manera. ¿Qué pensás?





