
Si solés pelearte seguido con tu pareja, tenés que saber que podrías subir de peso.
Así lo asegura un estudio de la Universidad de Delaware, en conjunto con investigadores del Colegio de Medicina de Ohio, quienes investigaron sobre cómo las situaciones sociales que causan estrés, afectan directamente el apetito o la dieta de una persona.
En este sentido, determinaron que las parejas que experimentan constantes actitudes hostiles, presentan altos niveles de leptina y grenelina, conocidas como 'hormonas del hambre'. De esta forma, demostraron que después de que las parejas discuten o están estresadas por algún factor social, son más propensos a elegir comida alta en carbohidratos o grasas.
Según la investigación, el organismo parece no tener una buena habilidad para regular el apetito después de una discusión, lo que a largo plazo puede derivar en problemas de salud graves.
Por otro lado, hay que tomar en cuenta el metabolismo y los hábitos de cada persona. Si se trata de alguien que sube fácilmente de peso o no tiene control sobre su alimentación, es mucho más viable que el sobrepeso aparezca y no será precisamente culpa de las peleas.