
Aunque no lo creas o te parezca escatológico, en tu colchón no solamente dormís vos. También habitan una enorme cantidad de ácaros que se alimentan justo cuando vos descansás.
Se trata de animales diminutos que se alimentan del pelo de tus mascotas y de la caspa humana. Y además, de aquellas células muertas de la piel que muchas veces se quedan navegando en el aire o en tu colchón o sábanas mientras dormís.
Viven aproximadamente un mes y pueden reproducirse rápidamente si las condiciones del ambiente en el interior de los lugares propicia el polvo o la suciedad, además pueden desencadenar reacciones alérgicas.
¿Cómo eliminarlos?
1. Cambiá tus sábanas
Las sábanas de algodón pueden almacenar con mayor facilidad los ácaros debido a que son tejidos difíciles de limpiar y tienen poco espacio para ventilarse.
Por eso, elegí de seda, fíjate que el aire pueda pasar con facilidad, además de que no produzcan mucho calor, ya que esto fomentará la aparición de más ácaros.
2. Usá bicarbonato de sodio
Cada vez que laves tus sábanas o colchas podés aplicar una cucharada de bicarbonato de sodio en el lavarropas: esto ayudará a que se desinfecten perfectamente y será como una capa protectora para tu juego de cama.
3. Usá un protector de colchón
Ahora ya existen muchos protectores de colchón que se especializan en evitar la formación de ácaros en tu cama.
4. Ventilá tu cama
Dejá que tu cama respire. Si hacés la cama ni bien te levantás, estarás provocando que las células muertas o aquel sudor que eliminaste durante la noche se quede ahí bien guardadito para alimentar a los ácaros.