Una joven de La Plata fue la primera de varias en denunciar a un médico gastroenterólogo que atiende en su consultorio de calle 3 y 55, un lugar donde atienden varios doctores.
En diálogo con LAPLATA1.com, la chica explicó: “Me sentía mal de la panza y necesitaba un gastroenterólogo. Suelo atenderme en el centro gastroenterólogico Platense De 3 y 55 con otro doctor, que cuando llamé me dijeron que no estaba. Como me sentía muy mal le dije que me de turno con cualquier médico y me mencionaron a este Dr Roberto Marrone”.
En este sentido, comentó que “no lo ubicaba así que dije que sí, es decir, es un doctor, ¿por qué pensar algo raro? Y fui a las 17:40 a la consulta. Me llamó la atención que la chica que estaba antes que yo, tenía al novio esperando en la puerta y no quiso pasar hasta que él entre”.
Una vez que ingresó, comenzó el calvario: “Le comento mis síntomas y me hace pasar a la camilla. Se pone la careta transparente y cuando me doy cuenta me estaba arrinconando con su cuerpo contra la camilla y me toca con la mano completa la cola. Me asusté y quedé tildada, en el momento solo atiné a subirme a la camilla”.
“Empecé a pensar un millón de cosas, me sentí acorralada, me tenía que tocar la panza que estaba muy inflamada y me sube de más la remera, yo me atajo mi ropa para que no la suba más y con la calza lo mismo, la agarró y me la bajo más de la cuenta, y como no agarro la bombacha agarro otra vez, todo en un segundo”, explicó.
El médico sólo decía que eso “era su trabajo”, pero ella estaba incómoda. “Quería correr, me sentía confundida, pero también me dolía mucho la panza. Él me tocaba mucho, y en un momento agarró el estetoscopio y empezó a ‘oscultar’ y fue ahí donde desde el centro de la panza abre su mano contra mi cuerpo aún sosteniendo el estetoscopio pero levemente, más tocando con la palma y dedos, sube su mano por abajo de mi corpiño y me mete entre los pechos alevosamente tocando ambos”.
La joven entró en shock: “Decía cosas que no logro entender mucho porque definitivamente estaba confundida. Lo único que alcancé a escuchar fue ‘tomá esto y actimel’, y lo único que atiné a decir fue que soy alérgica a la lactosa, cosa que mi dicha decía pero no prestó atención”.
Cuando salió, buscó con la mirada a la secretaria pero no logró encontrarla: “Me fui despavorida sin poder decir nada hasta que hablé con mi psicóloga y largué todo con detalles. Ahí fue cuando contacté a mi amiga y fuimos a hacer la denuncia, en la DDI de 1 y 59 me atendieron muy bien. Yo fui en shock. Me costó horas volver a hablar y hasta ayer no podía hacerlo sin llorar. Luego publique esa historia y ya son 5 personas que me escribieron con situaciones similares con este mismo gastroenterólogo Roberto Marrone”, cerró.
Hasta el momento se encuentra esperando que la Justicia de una respuesta ante la denuncia presentada y juntando testimonios de otras víctimas.
