De manera histórica, el Concejo Deliberante sesionó de manera especial en el Espacio de la Memoria ex Comisaría Quinta. Allí fue donde funcionó un centro clandestino de detención entre abril de 1976 y febrero de 1978.
Los concejales participaron de una visita institucional por el sitio histórico ubicado en diagonal 74 entre 23 y 24, junto al coordinador del Espacio, Leonardo Fossati.
La diputada nacional Victoria Tolosa Paz dialogó con el móvil de LAPLATA1.com sobre esta histórica jornada en nuestra ciudad.
“Es la primera vez que se sesiona en un espacio de este tipo, y puntualmente en esta ex Comisaria Quinta donde no solamente tuvo el horror de los detenidos, sino el nacimiento de dos niños. Uno de ellos, Leo Fosatti, que hoy es quien coordina este espacio”, dijo.
En ese sentido, destacó la importancia de seguir homenajeando a Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y también a los hijos y nietos que fueron víctimas de la Dictadura.
“Queremos llevar adelante la Memoria, Verdad y Justicia en una ciudad tan castigada y que ha tenido a tantas referentes en esta lucha, como Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini y Chicha Mariani”, siguió la diputada.
En ese marco, pidió recordar cómo durante la Dictadura Madres “caminaban solas en aquellas rondas” para visibilizar la situación de los desaparecidos.
“No queremos olvidar esa etapa oscura de Argentina y Latinoamérica, y con estos actos nunca más el pueblo argentino va a vivir una dictadura. Tiene que ver en la formación y educación sobre estos temas”, agregó.
En ese sentido, destacó que el radicalismo y el peronismo son dos espacios con origen popular que se “abrazan” y “emocionan” para poder “decir Nunca Más entre todos. Es una bandera única que nos une”.
Cabe destacar que en este destacamento policial, que funcionó como tal hasta 2010, operó al mismo tiempo durante la dictadura uno de los centros clandestinos de detención del denominado "Circuito Camps", que incluyó una maternidad clandestina donde tuvieron sus hijos algunas de las secuestradas. Se calcula que por allí pasaron unas 180 víctimas, entre otros Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez en democracia, cuyo testimonio fue clave para determinar lo que allí ocurrió y para condenar al genocida Miguel Etchecolatz.