Durante la noche del 13 de junio de 1988 los platenses se vieron envueltos en la mayor tragedia de la aviación local. Se trata del avión bimotor “Dove De Havilland”, donde se estrelló en las afueras de la ciudad luego de que despegará desde el aeropuerto local. El saldo del accidente fue de ocho muertos y un solo sobreviviente.
El avión se cayó en la localidad de Arana cerca de la Estación de Trenes, donde, hasta hace pocos años, se veía pasar los trenes que unían a la capital provincial con Pipinas y algunos pueblos como Correas, Bavio, Arditti o Payró.
Algunos vecinos que presenciaron el accidente contaban que se podía observar a la avioneta de un modo rasante sobre un galpón de la zona hasta que se cayó a tierra. Otro contaba que se vio al avión moviéndose de un lado al otro a baja altura, hasta que hubo una violenta explosión, un ruido inolvidable.
El legendario bimotor “Dove De Havilland” con matrícula LVY-AJ, avión británico, era comandado por el dueño, el comisario Néstor Benito Ibáñez, quien pidió pista para poder despegar desde el Aeródromo Provincial ubicado sobre la avenida 7 y 610, esto fue pasado las 18.30.
Además del piloto, se encontraban otros ochos pasajeros, de los cuales solo quedó un sobreviviente, Walter Córdoba de 42 años, todos los demás perdieron la vida en el acto tras estrellarse en un campo ubicado en la calle 132.
Según se pudo averiguar tiempo después de la tragedia, el avión habría tomado vuelo para dirigirse hacia el lado de Parque Sicardi, una maniobra habitual para cualquier máquina del mismo tipo. Pero unos minutos después de tomar vuelo, el piloto advirtió que había una falla inexorable en uno de los motores. En comunicación con la torre de control de Aeródromo se pidió ayuda y una pista de regreso inmediato.
Al intentar volar, Ibañez quiso probar el último recurso, aterrizar sobre las tierras de un terreno ubicado en la calle 132 a la altura de 645, pero esta maniobra hizo que una de las hélices golpeará contra el piso causando así la explosión que llevo a la muerte de casi todos los tripulantes.
Obviamente, la noticia fue conmocionante y ocupó un lugar de importancia en los medios gráficos y radiales de la época.
Las pericias judiciales preliminares, basándose en testimonios de testigos y personal e mantenimiento que conocía la experiencia del piloto, indicaron que hubo una presunta falla en el avión antes de que despegué.