Damián Pedraza es “El Traductor de Ingeniería”, un canal de Youtube que desde hace varios años es furor. Ha recorrido diferentes países. Llegó de Lobos a La Plata y en la UNLP hizo su camino.
En diálogo con LAPLATA1.com, Damián cuenta sus inicios y reflexiona sobre la enseñanza y lo que sucedió con la pandemia y la virtualidad.
“Tenía miedo y no sabía lo que era la Ingeniería. Tenía una base baja de matemática y tuve que estudiar un montón. No tenía facilidades. Solo sabía que debía sentarme a estudiar. No era un genio”, recuerda.
Una y otra vez insiste en la forma “dogmática” en la que hoy se enseña matemática en todos los niveles: “Lamentablemente en la escuela, en general, se enseña la matemática desde un punto de vista dogmático. Se presenta una colección de fórmulas que los alumnos deben memorizar. Y eso no le gusta a nadie. ¿A quien le gusta memorizar fórmulas sin sentido? Cuando no se entiende algo, se genera un misterio”.
“Dar fórmulas por decreto para memorizar y aplicar no es matemática. La matemática tiene que ver con deducir a partir de premisas. Tenés que entender qué es lo que estás haciendo”, agrega.
Su canal es visto por platense pero por supuesto traspasó fronteras. No solo sube contenido de la carrera, sino que tiene otros videos como “Mi método de estudio” o “Te muestro cómo pienso la matemática”.
“Veo un problema general en todos los países. No solo en Latinoamérica. En España pasa lo mismo. Es un problema de fondo. Lo he vivido y experimentado. Las preguntas que te hace un estudiante de Perú y un estudiante de España tienen el mismo problema: creen que la matemática es recordar cosas de memoria y aplicar el procedimiento adecuado”, retoma Damián.
Y sostiene: “La pandemia reforzó un problema que ya existía. Si el docente de forma virtual explica tal como lo venía haciendo de forma presencial, con un mal método, entonces el formato no cambia la esencia. Si se enseña mal la matemática, no importa si es presencial o virtual. La pandemia cambió el formato, pero el fondo fue el mismo”.
“El cara a cara al docente le permite modificar la clase en el momento en función de qué le pasa al estudiante. No se trata contraponer el cara a cara con la virtualidad; deberíamos proponer algo superador. En la presencialidad, por ejemplo, explotar al máximo sus atributos como por ejemplo la interacción con el estudiante y saber modificar la clase en el momento”, sigue reflexionando Damián.
Durante este camino, ha recibido miles y miles de comentarios, pero algunos les sorprendieron: “Hay fanáticos del canal que no tienen nada que ver con las matemáticas; por ejemplo alumnos de Artes, Medicina, o Ciencias Sociales”.
“También me ven niños de 8, 9 y 10 años, y gente de 79 u 80 años, que me cuentan que los temas que explico los veían cuando eran jóvenes, y que ahora pueden refrescar la mente y los recuerdos”, completa.