Los frutos secos, como nueces, almendras, pistachos y avellanas, son alimentos nutritivos y deliciosos que a menudo se consideran buenos debido a su alto contenido de grasas saludables, proteínas y fibra.
Sin embargo, como con cualquier alimento, comer frutos secos en exceso puede tener un impacto en el peso de una persona.
Los frutos secos son alimentos nutricionalmente densos que ofrecen numerosos beneficios para la salud. Son una excelente fuente de grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales.
Las grasas saludables presentes en los frutos secos, como los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y promover la salud del cerebro. Además, la proteína y la fibra que contienen los frutos secos pueden ayudar a mantener la saciedad, lo que puede ser beneficioso para el control del apetito y la gestión del peso.
También se demostró que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que puede contribuir a una mejor salud en general. Incorporar una porción adecuada de frutos secos en una dieta equilibrada puede ser beneficioso para la salud y el bienestar en general.
Sin embargo, sus beneficios pueden verse limitados cuando se consumen en exceso, pues varios factores influyen en cómo los frutos secos pueden afectar el peso de una persona. En primer lugar, estos alimentos, aunque son ricos en grasas saludables, contienen muchas calorías. Por ejemplo, una porción de 28 gramos de nueces contiene alrededor de 180-200 calorías, dependiendo del tipo de nuez.
Si se consumen en grandes cantidades sin tener en cuenta las calorías totales de la dieta, los frutos secos pueden contribuir a un aumento de peso. Además, el tamaño de la porción también es un factor importante, sobre todo si se tiene en cuenta que los frutos secos son fáciles de comer en grandes cantidades debido a su tamaño pequeño y su sabor delicioso.
Según Mayo Clinic, comer grandes cantidades de cualquier tipo de grasa puede contribuir al aumento de peso si se consume más energía de la que se quema a través de la actividad física y el metabolismo. Por lo tanto, a pesar de que los frutos secos son una fuente saludable de grasas, es importante consumirlos con moderación como parte de una dieta equilibrada.
