Realizar actividad física diariamente es una práctica tan saludable como necesaria al momento de revisar y trabajar sobre nuestros buenos hábitos.
Un sinfín de enfermedades pueden prevenirse y tratarse realizando al menos 30 minutos al día de actividad física de tipo aeróbica y/o de fuerza dependiendo de cuál sea nuestro objetivo.
Mantenernos activos nos previene enfermedades físicas tales como el sobrepeso y la obesidad, la diabetes, dislipidemias (colesterol y/o triglicéridos elevados) la hipertensión, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, el estreñimiento y la sarcopenia (pérdida de masa muscular y fuerza) y de tipo psicológicas como trastornos de ansiedad y depresión mejorando nuestro estado de ánimo.
Al mismo tiempo la actividad física se convierte en nuestro aliado al momento de tratar dichas enfermedades ya que se considera parte del tratamiento y como uno de los pilares para mejorar o curar la enfermedad.
Practicar regularmente algún tipo de actividad física nos otorga calidad de vida, tan necesaria para que podamos hacer “eso” que nos gusta y la enfermedad no sea un impedimento.
Hoy 30 de octubre se celebra el día de la Educación física fecha en la que se incorporó esta disciplina en el programa de educación a nivel Nacional para que seamos conscientes de la importancia de educarnos en ella, practicarla para que se convierta en un hábito en nuestras vidas desde la infancia y para toda la vida como signo de calidad de vida. Tengamos siempre presente que es mejor prevenir que curar y que mejor es gastar en zapatillas y no en pastillas.